22 de junio de 2025

Milei presenta su libro y canta en el tradicional microestadio porteño

El repliegue político interno de Javier Milei se camufla detrás del conflicto bilateral con España y en medio del show musical que el Presidente ofrecerá esta noche.

Va a participar de un show donde él mismo va a cantar y va a ser la figura relevante de ese show musical. Algo inédito en la Argentina». Con esas palabras el vocero presidencial Manuel Adorni develó la «sorpresa» que Javier Milei prepara para la presentación de su libro «Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica», que será este miércoles por la tarde/noche en el Luna Park.

Lejos de la realidad, y de los desmanes que están generando sus dichos y sus políticas con otros países y también en las provincias —muchas de ellas no tienen los fondos necesarios ni siquiera para pagar salarios—, el presidente dijo que él es «el máximo exponente de la libertad a nivel mundial, le guste a quien le guste», que «a donde va genera un terremoto», y que quienes lo critican son «cucarachas que están en otra liga».

Con esa actitud, hoy presentará el libro. Allí lo acompañarán en el escenario el diputado José Luis Espert y también Adorni. 

El clima en las inmediaciones del estadio porteño es de pura expectativa por el encuentro que protagonizará este miércoles el mandatario liberal. Desde temprano se dejan ver las típicas banderas amarillas ilustradas con un león que dicen “Javier Milei Presidente”. Una tela que se multiplica con la llegada de cientos de personas que arriban al lugar con sus propios ejemplares.

También hay lugar para la celeste y blanca, muy repetida también entre los presentes, y para las escarapelas. Algunas personas las venden y otras las reparten en las afueras del Luna Park.

No falta el merchandising: venden caretas de Javier Milei a 1.000 pesos e hicieron una reversión del patito amarillo viral que se utiliza como accesorio en la cabeza. Èste tiene una peluca agregada y se vende por 2.000 pesos.

Si bien había movimiento en la zona, y también gente que aprovechaba para afiliar adherentes y desprevenidos, no existió la atmósfera clásica del fervor popular de los actos políticos, y en los alrededores no se veía la ansiedad de defender convicciones, con cánticos y la emoción arraigada en la piel.