Ambos fueron puestos a disposición de la Justicia tras haberse detectado que ambos estaban en estado de ebriedad mientras cumplían sus horarios de servicio. Los mismos, fueron apartados de la institución policial mientras la Dirección de Asuntos Internos continúa con las investigaciones.
En la investigación, se tomaron declaraciones a diversos agentes presentes, y se estableció la participación de un chofer y un oficial de área de sumario en la falta administrativa. Tras los exámenes, el médico policial en turno certificó «aliento alcohólico» en ambos. Con base en los resultados, se instruyó un sumario administrativo, en el marco de una falta gravísima por ebriedad calificada durante actos de servicio, conforme al Reglamento de Régimen Disciplinario Policial, por lo que fueron separados de la fuerza