Wipplinger, de 85 años, presentó su sublema el viernes pasado, en las instalaciones de la empresa FJW SAT, de la cual él es fundador y presidente, y desde donde se desarrolló como empresario y se proyectó más allá de los límites de la tierra colorada.
“Quiero dejar un legado a los más jóvenes”, afirmó el empresario. “Provengo de una familia humilde y mi vocación siempre fue el trabajo y el bien común”, relató Wipplinger y aconsejó a la juventud “no dejar de intentarlo nunca, porque con esfuerzo y perseverancia se logran todos los objetivos”.