La participación en este tipo de torneos no alcanza con el entusiasmo, cada semana que pasa, y más aún si los resultados no son del todo favorables, se vuelve complicado, y el presupuesto elaborado se va agotando, porque algunos que se comprometieron comienzan a desaparecer.
Varias fueron las instituciones, sobre todo, las de Posadas, Puerto Rico y Oberá, que esperaban el “refuerzo” del Consejo Federal y comenzaron a gastar a cuenta, pero la plata no aparece y los reclamos se incrementan.
Las recaudaciones, en varios casos, no alcanzan para los gastos fijos, árbitros y seguridad, y algunos menores, están en el orden de los 300 mil pesos, hoy una suma no tan importante, aunque hay que juntarla, y para ello al menos hay que vender 150 entradas de 2.000 pesos.
Para los visitantes, el traslado es el costo mayor. Pero en la semana también se habla de gastos. Algunos pagando remuneraciones a los jugadores, otros viáticos, otros combustible, en fin, quién transitó la vida de dirigente sabe bien lo que significa atender un plantel.
Un avezado dirigente y con experiencia en estos certámenes, reflexionó “todos saben en que se meten, pero el entusiasmo los gana y después pagan las familias de los dirigentes”.
Es meritoria la participación de clubes con escasa capacidad económica, ojala que las dificultades del “campeonato económico” no los termine alejando, por el contrario, los aliente a una planificación no solo futbolística sino también financiera, y que este torneo no deje las arcas de los clubes en terapia intensiva, porque la vida de instituciones no termina en el Regional Amateur.
