Luego de que la reunión entre el ministerio de Capital Humano, la UTA y la Federación Argentina de Transportadores de Automotor de Pasajeros (FATAP) el pasado jueves no llegara a buen puerto, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) convocó a un paro total para el próximo jueves 22 y viernes 23 de agosto.
La medida busca presionar a los actores claves de la conversación para facilitar el acuerdo. En el medio, de concretarse, impactará en el servicio urbano de corta y media distancia a nivel nacional.
La imposibilidad de acordar entre las partes se debió a que empresarios del interior del país se negaron a otorgar el aumento salarial solicitado por el gremio, argumentando que la situación económica del sector es crítica. Lo que parecieran desconocer los empresarios es que también lo es para los empleados de sus empresas.
Con horizontes críticos en la mira, como potenciales despidos y quiebres de empresas según afirmaron sus dueños, la FATAP señaló que la combinación de “tarifas inadecuadas, subsidios insuficientes y el creciente costo operativo” está llevando al borde del colapso a muchas empresas de transporte.
La reciente eliminación de los subsidios nacionales definidos por el Gobierno de Javier Milei empeoró la crisis en el transporte del interior del país.
Desde la UTA, el Secretario General Roberto Fernández expresó que «no permitirán que se intenten solucionar los problemas económicos a costa de los salarios o derechos de los trabajadores».
Desde el ministerio liderado por Sandra Pettovello buscan frenar la medida. Convocaron a una audiencia para el 21 de agosto, en la que se intentará arribar a un acuerdo antes del paro.