El apreciado “Negro” Hreñuk, de perfil bajo, lleno de experiencias y sabiduría en el terreno, en las chacras, esas que producían el oro verde misionero.
Fue parte de ese dúo exitoso, “Negro y Nene”, que puso a la yerba misionera en las góndolas que, que en ese tiempo eran para unos pocos. Rosamonte fue su vida, la creación de esa familia que creía en Misiones y lo podía exhibir a diario.
Tristeza en la familia, en los amigos, en la misma sociedad, ya no solo apostoleña, pero también reconocimiento, porque se nos va un hombre que deja un ejemplo, aquel donde el trabajo es lo esencial.
Que en paz descanse, el padre, suegro, abuelo, el empresario, el industrial, otro de los hombres que forman parte de ese selecto grupo que fue responsable del desarrollo de la provincia de Misiones.
Adiós Querido Negro Hreñuk