Este martes a las 11 de la mañana, en el anexo del Senado bonaerense en La Plata, se realizará una audiencia decisiva para determinar si la jueza Julieta Makintach será sometida a un jury de enjuiciamiento. El proceso se origina en el escándalo por la filmación del documental Justicia Divina durante el juicio por la muerte de Diego Maradona, sin autorización ni conocimiento de las partes.
El tribunal, integrado por cinco jueces sorteados —García Orsi, Grillo Ciocchini, González, Lorences y Greco— deberá definir su competencia. Si la acepta, la causa avanzará formalmente hacia el juicio político. De lo contrario, el expediente será archivado.
La denuncia fue impulsada por el procurador general bonaerense, Julio Conte Grand, quien acusó a la magistrada de mal desempeño. El dictamen señala al menos 14 hechos irregulares, incluyendo la asunción indebida de la presidencia del tribunal, la instalación de cámaras sin aval judicial y el ingreso de personas ajenas al proceso. También se sumaron denuncias de legisladores y particulares de distintos espacios políticos.
La situación de Makintach se agravó tras su apartamiento del juicio por parte de la Suprema Corte bonaerense, que le otorgó una licencia de 90 días. El documental, grabado sin autorización previa, provocó un fuerte rechazo por parte del entorno de Maradona y forzó la revisión parcial del proceso judicial.
De avanzar el juicio político, la jueza podría ser destituida y sancionada económicamente. La audiencia de hoy marca un punto de quiebre en un caso que abrió un debate profundo sobre los límites entre justicia y espectáculo mediático.