En septiembre, los haberes jubilatorios de los docentes nacionales no universitarios registraron un incremento del 6,9%, mientras que los docentes universitarios percibieron una recomposición de apenas 1,2%. La información fue confirmada por fuentes del Ministerio de Capital Humano. En paralelo, la provincia de Misiones anunció la ampliación del programa de refinanciación de deudas vigente para el sector, en el marco de una estrategia de contención financiera territorial.
Ambos regímenes previsionales se actualizaron por fuera del sistema general administrado por Anses, que aplica aumentos mensuales vinculados a la inflación. En cambio, las jubilaciones docentes se ajustan de manera trimestral, en marzo, junio, septiembre y diciembre, según lo establecido por normativa específica.
Cálculo y evolución de los haberes
El aumento de septiembre se aplicó sobre los valores definidos en junio, sin variaciones en los meses intermedios. La suba del 6,9% alcanzó a quienes se jubilaron bajo el Decreto 137/2005, y se calculó en base al índice Ripdoc (Remuneración Imponible Promedio Docente), que refleja la evolución salarial del sector. Según datos oficiales, existen más de 196.500 prestaciones activas bajo este esquema, con un haber promedio de $1,78 millones en junio (sin aguinaldo).
Durante 2025, los docentes no universitarios acumularon aumentos de 10,61% en marzo, 13,59% en junio y 6,9% en septiembre, lo que representa una recomposición anual del 34,3%. Este porcentaje superó la inflación acumulada entre enero y noviembre (25,6%), según proyecciones del Relevamiento de Expectativas del Banco Central.
En contraste, los docentes universitarios se rigen por el índice Ripdun (Remuneración Imponible Promedio de los Docentes Universitarios Nacionales). En marzo recibieron un ajuste de 10,03%, en junio otro de 4,05% y en septiembre apenas 1,2%, con una suba acumulada de 15,9% en el año. El haber promedio en junio fue de $2,12 millones, sin incluir aguinaldo. La evolución quedó por debajo de la inflación, lo que implicó una pérdida de poder adquisitivo.
Particularidades y exclusiones
Ambos regímenes presentan características diferenciadas respecto al sistema general: aportes superiores, cálculo específico del haber inicial y movilidad propia. Sin embargo, los jubilados docentes quedaron excluidos de los bonos extraordinarios que desde septiembre de 2022 perciben los beneficiarios del régimen general, independientemente del monto que cobran.
Durante 2024, los docentes no universitarios lograron una recomposición acumulada de 172,7%, por encima de la inflación anual (117,8%). No obstante, el desfase entre el aumento de precios y la primera actualización de haberes —recién en marzo— generó pérdidas significativas en el primer trimestre, con una inflación acumulada de 51,5% frente a un ajuste de 27,57%.
Régimen general y contrastes
El Decreto 274/2024 modificó de forma permanente el régimen general, estableciendo aumentos mensuales equivalentes a la inflación medida por el Indec. En septiembre, la suba fue de 1,9%, con una jubilación mínima de $320.277 y un haber máximo de $2.155.162 (valores brutos). Con el bono de $70.000, la mínima alcanzó los $390.277.
En este contexto, los regímenes docentes quedaron fuera del esquema general, lo que derivó en trayectorias divergentes: mientras los no universitarios lograron una mejora real, los universitarios enfrentaron un deterioro en su poder de compra.
Proyecciones y debate estructural
El futuro de las jubilaciones docentes continúa en discusión. Especialistas advierten que la exclusión del esquema de movilidad general podría profundizar desigualdades, aunque reconocen que los regímenes diferenciados responden a condiciones históricas de aportes y especificidades laborales.
La presión inflacionaria y el ajuste fiscal reabren el debate sobre la sustentabilidad de los regímenes especiales. En septiembre, los aumentos pusieron en evidencia las tensiones internas del sistema previsional, con trayectorias dispares para jubilados de una misma actividad: la docencia.