28 de junio de 2024

La reunión con los gobernadores con más dudas que certezas

A Milei le interesa más quedar bien con el FMI y los Estados Unidos, que lo que puedan sentir los propios argentinos.

La reunión con los gobernadores de todo el país que iban a sostener el viernes el secretario de la presidencia Posse, los ministros Francos y Caputo, naufragó antes de comenzar a enviar las invitaciones, ya que la ecuación no cerraba para el Gobierno Nacional, puesto que varios mandatarios manifestaron su predisposción, y también sus exigencias, sin contar a Kiciloff, que marcó claramente las condiciones para que una reunión de tal naturaleza, tuviera sentido.

Es que Milei, propuso un gran acuerdo nacional, con sensiblera fecha, el Pacto del 25 de Mayo, pero lo hizo luego de dedicar el 90 por ciento de su discurso en el Congreso Nacional, para faltarle el respeto a los distintos sectores de la sociedad, sin acordarse de quienes están soportando sus embestidas económicas, con la excusa de un ajuste fiscal, que hasta el momento no es tal, ya que sólo le ha quitado los fondos a las provincias, a los jubilados y a la clase media hacia abajo, para mostrarle al FMI, que se puede ajustar.

Luego en un raptus de debilidad, reconoció que sin los gobernadores no podrá solucionar las cuestiones más relevantes y estructurales del país, aunque luego retomó su inestabilidad emocional para lanzar otra bravuconada, y van, asegurando que si lo apoyan todo irá bien, y sino habrá conflicto, y «no saben con quien se meten», palabras más o palabras menos, que remarcó en su diatriba en el atril, que hizo colocar, «para marcar diferencias con lo anterior», según su cohorte de «fieles» seguidores.

No se ejerce el poder con amenazas, sino a través del ejemplo cotidiano, de convencer a la gente, con propuestas lógicas y bien analizadas. Si estás conmigo fantástico, sino eres mi enemigo. Y esa falta de un norte claro ha provocado muchos abandonos en las segundas líneas de un gobierno que marcha por un camino tortuoso y que no sabe adonde va.

Habla de sacrificios, otra vez, pero no dice para que, porque el slogan de campaña «la casta tiene miedo», parece una burla, ya que ahora se podría decir «la casta al poder», o «la casta tomó el poder». En menos de 90 días, Milei ha perdido el apoyo de muchos de sus votantes de clase media hacia abajo, desilusionados y decepcionados por los que le toca vivir. Sólo conserva el apoyo de la casta y de los sectores empresariales, económicos y productivos, que han sido beneficiados con una transferencia de recursos brutales, y del FM y del país del Norte, que como siempre anhelaron, nos vuelven a tener de rodillas, con un presidente que los idolatra, y que piensa que Conan y «las fuerzas del cielo conducen su destino».