Este lunes 23 de junio, a las 11, los mandatarios provinciales volverán a verse las caras en el Consejo Federal de Inversiones (CFI) con una hoja de ruta cargada de reclamos al Ejecutivo nacional. El objetivo: profundizar el temario que iniciaron con Guillermo Francos en Casa Rosada la semana pasada y exigir respuestas concretas.
En la agenda:
- Caída de los fondos por coparticipación.
- Redistribución del impuesto a los combustibles, reclamando que una parte vaya directamente a obras provinciales.
- Reparto de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN).
El encuentro da continuidad al cónclave del 3 de junio en el mismo ámbito, donde los gobernadores plantearon el deterioro de rutas, la baja recaudación y la paralización de obras públicas.
El round anterior con Francos
En esa oportunidad, Francos —junto a Lisandro Catalán y Carlos Guberman— recibió a los mandatarios Sergio Ziliotto (La Pampa), Claudio Vidal (Santa Cruz), Raúl Jalil (Catamarca), Ignacio Torres (Chubut) y Myrian Prunotto (Córdoba). Allí, exigieron que el 28,5 % del impuesto a los combustibles que se destina a infraestructura se traduzca en obras reales. Según los gobernadores, en 2024 se ejecutó menos de la mitad de lo recaudado.
Francos admitió que el planteo era “razonable” y se comprometió a dar una respuesta en este nuevo encuentro.
El reclamo crece desde las provincias
El rionegrino Alberto Weretilneck fue claro: “La mitad del impuesto a los combustibles lo recaudan las provincias pero no vuelve en obras”. Propuso tres caminos: provincializar las rutas, delegar el mantenimiento o que la Nación dé una salida definitiva. No obtuvo respuesta.
Al mismo tiempo, hay presión desde el Congreso. Legisladores como Sergio Leavy y Guillermo Andrada impulsan cambios a la Ley 23.966 para redireccionar parte del impuesto a hidrocarburos y CO₂ hacia las provincias, en clave de fortalecimiento federal.
Ingresos en baja y alerta fiscal
Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), en mayo la recaudación nacional cayó 14 % en términos reales interanuales, y el superávit primario se desplomó casi un 50 %. Las provincias temen que el ajuste siga golpeando en cascada.