En horas de la noche de este domingo 19 de mayo, trascendió que el jefe de la Policía de Misiones, Sandro Martínez, habría presentado la renuncia tras no poder lograr un entendimiento con sus subordinados que permanecen en lucha pese al aumento propuesto. La dimisión se haría efectiva este lunes 20.
Así se «cierra» un fin de semana de álgido cruce entre los miembros de la fuerza policial de Misiones y el gobierno provincial que no tuvo la fluidez necesaria, quizás interlocutores que no estuvieron a la altura, y que dejó sabor a poca predisposición para resolver positivamente el conflicto.
La propuesta – un incremento del 15% – fue rechazado categóricamente con promesa de continuidad de permanecer apostados en la Avenida Uruguay. Mañana se espera que lleguen más representantes de la policía y del servicio penitenciario para seguir dando muestras de fuerza.
El diálogo entre el sector policial y el Gobierno continuará este lunes al mediodía tras un cuarto intermedio.
Los reclamos unidos, un problema para el gobierno provincial
A lo largo de la jornada, además de Ramón Amarilla que se erige como portavoz de los reclamos policiales, se sumaron a la manifestación y tomaron la palabra representantes de otros sectores en lucha como lo es el docente. Así, tomó el altavoz Carlos Lozano, quien expresó que «el Gobierno logró algo que ningún sector sindical pudo hacer, ha logrado que nos unamos y en un estado de hambruna».
Con esa frase, Lozano sintetizó el accionar del gobierno provincial. «Lejos de acercarse a cada dirigente de los sectores colocaron numerosos intermediarios y como en el antiguo juego, si el teléfono está descompuesto, la comunicación no fluye».
Del sector de salud, tomó la palabra Carlos Benítez. En idéntica sintonía recalcó que «estamos hermanados porque estamos debajo de la canasta de la pobreza y de la línea de la indigencia».
«Les pido disculpas en nombre de autoridades porque nos mandan a hacer cosas que no queremos y nos hacen pelear pobres contra pobres», rememoró Ramón Amarilla sobre el histórico accionar policial en las manifestaciones.
Un frente unido, una bomba difícil de desactivar para el gobierno de Misiones.
