En una sesión teñida de denuncias y escándalos, con 129 votos a favor, el oficialismo logró validar constitucionalmente un nuevo ciclo de endeudamiento con la mayoría simple de una sola Cámara, y nuevamente Argentina queda atada a los designios del FMI, del que había logrado desprenderse en 2006 bajo el gobierno de Néstor Kirchner.
Las denuncias por los whatssap de Martín Menem con instrucciones a legisladores para manejar y controlar el desarrollo de la sesión, algo nunca visto en el recinto de manera tan burda, que explica sesiones anteriores; los cruces entre diputados del mismo partido; volteretas ideológicas de otros y denuncias sobre los sobres que corrieron por doquier – Kueider dixit-
Como la propuesta validó un DNU y se consiguió un dictamen de último momento, el oficialismo sólo necesitaba mayoría simple de una Cámara para aprobar una nueva toma de deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Al bloque libertario se le sumaron los respaldos del PRO, radicales, bancadas provincialistas y de la Coalición Cívica: el resultado final fueron 129 votos a favor, 108 en contra y 6 abstenciones. Hubo 13 ausencias. El oficialismo había solicitado el encuentro el lunes aún sin tener dictamen, pero esa tarea fue finalizada el martes por la noche, en un encuentro tenso en la Comisión Bicameral de Trámite Legislativo que salió de la parálisis para rubricarle el proyecto que aprobaría nuevas operaciones de crédito con el FMI.