La licitación se canaliza desde la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables y, los pliegos «contemplan una fuerte modernización de la gestión de la vía fluvial, por la que circula cerca del 80% del comercio exterior argentino». Es decir, el operador privado estará a cargo de esta modernización y además habrá una serie de controles sobre esa concesión a cargo del Estado.
También, como indicaron desde el Gobierno, dichos pliegos contienen el visto bueno de los gobiernos provinciales, que se agruparon en distintas mesas de trabajo para dar su punto de vista.
Entre otras medidas, en el Gobierno sumarán bases con radares y sistemas satelitales de seguimiento de los buques. Además, se renovará totalmente la señalización, generando una navegación más segura, y se aumentarán las medidas de control para la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo.
Entre otros detalles, se realizará una profundización a 39 pies —con una primera etapa de unificación de profundidades— en el tramo Timbúes-Océano. Se contemplan métodos dinámicos para establecer nuevas profundidades (+ de 39), así como nuevas zonas de fondeo y sobrepaso, en cualquier momento del contrato. Otorgándole dinamismo a una realidad en constante desarrollo y modernización.
El futuro concesionario, que pondrá fin a la estatización provisoria de la Vía Navegable Troncal, deberá cumplir el plan de obras establecido en los pliegos de la licitación y el nuevo contrato, que determina «las etapas de obras prioritarias que se deberán realizar en los primeros cinco años de la concesión».
La licitación será por un plazo de 30 años, que permitirá una amplia participación de las empresas más importantes del orden mundial en términos de obras fluvio-marítimas. Además, habrá fuertes exigencias que garanticen la trayectoria y capacidad técnica de las empresas que se presenten, así como su solvencia financiera.
Foto: Ituzaingo noticias