El personal retirado de la Policía de Misiones levantó su acampe frente a la Jefatura provincial. Es que como había trascendido, desde el ministerio de Hacienda ya habían sugerido abrir una conversación a principios de febrero para discutir el aumento salarial que era el eje de la protesta.
Así, el reclamo que tenía integrantes de la fuerza de toda la provincia entró en una pausa hasta el 5 de febrero, día acordado con anterioridad por el ministerio de Hacienda.
El acampe que duró 10 días tenía inicialmente el objetivo de discutir el aumento salarial ya que no percibían incrementos desde el mes de octubre. Sin embargo, la adhesión de personal activo de la policía y su posterior suspensión por haber participado de la manifestación recrudeció la batalla porque a la suba de sueldos se le sumó el pedido de amnistía para esos colegas, en funciones, que habían decidido solidarizarse.
La amnistía en algunas ciudades del interior era un hecho en tanto y en cuanto volvieran a prestar servicio y dejaran el acampe. Con la decisión de levantar el acampe, deja entreverse la presión que el Gobierno provincial efectuó sobre los manifestantes, nadie quiere que un compañero pierda su empleo.
Sin embargo, pese a que las noticias para el Gobierno resultan positivas tanto los retirados como los activos no están satisfechos y tal como expresaron días atrás «que no los hayan recibido muestra un desprecio hacia ellos».
Ahora deberán acatar los días del Gobierno y esperar al 5 de febrero para saber si efectivamente compensarán la pérdida de poder adquisitivo por la inflación y la demora en recibirlos.