Los diputados misioneros del Frente Renovador Neo acompañaron la sanción del Presupuesto Nacional con un argumento que ordenó toda la escena: “un país sin presupuesto es un país sin rumbo”. Desde ese punto de partida, remarcaron que una ley de gastos debatida, aprobada y transparente no es un formalismo, sino la base mínima para garantizar previsibilidad económica, funcionamiento estatal y límites claros a la discrecionalidad del Poder Ejecutivo.
El bloque insistió en que el presupuesto es una herramienta de planificación real: fija prioridades, organiza recursos y establece criterios para una distribución equitativa. Evitar que la Argentina vuelva a transitar un año sin marco presupuestario —advirtieron— fue una decisión de responsabilidad institucional, porque la ausencia de esa brújula amplía márgenes de arbitrariedad y erosiona la estabilidad.
Los legisladores marcaron disidencia en el artículo 75, que deroga la Ley de Financiamiento Universitario y la Ley de Emergencia en Discapacidad. Señalaron que ambas normas hoy están judicializadas y sin aplicación efectiva por falta de partidas asignadas, pero aun así consideraron necesario dejar asentada su posición política frente a dos áreas sensibles.
Tres renglones más.
El posicionamiento final del Frente Renovador Neo combinó dos planos: por un lado, la responsabilidad institucional de asegurar que el país cuente con presupuesto; por el otro, una advertencia firme sobre la importancia de preservar recursos específicos para las universidades públicas y para las políticas destinadas a personas con discapacidad.
“Decidimos acompañar la ley general priorizando la estabilidad institucional, la responsabilidad fiscal y la garantía de recursos específicos para las universidades públicas y las personas con discapacidad”, sintetizaron desde el espacio, marcando ese equilibrio entre apoyo general y disidencia puntual.




