El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se refirió a su primer año del tercer mandato en el país, indicando que están «terminando el año de forma excepcional. No podía existir ningún analista político que hace un año pudiese imaginar que terminaríamos 2023 con la situación tan prometedora como en la que estamos”.
A su vez, afirmó que Brasil llegará al 2024 con el desempleo cayendo, con los salarios aumentando y con el precio de la comida bajando, por lo que según indicó, el país está volviendo a ser respetado por el mundo, con la población más alegre y esperanzada.
El crecimiento económico del país en 2023 está cerca del 3%, por encima del 0,6% que se preveía para este año. En tanto, la tasa de desempleo fue del 7,6% y la inflación del 4,5%, su menor nivel en los últimos tres años.
Con estos números, Lula aseguró que la actual situación es “algo muy placentero para quien heredó el Brasil que yo heredé, destrozado, procedente de una persona negacionista que no creía en nada y que no hacía nada bueno”.
Sobre su ministro de Hacienda, afirmó que consiguió convencer al Congreso de aprobar las reformas económicas que Brasil necesita. “No lo resolvimos todo, pero creo que dimos un paso gigantesco para que Brasil volviese a ser un país civilizado, con crecimiento económico, con distribución de la riqueza y con mejoría en la calidad de vida de la población. Por eso estoy feliz: no podía haber ocurrido algo mejor para mí que lo que ocurrió este año con mi Gobierno”, afirmó.
