Diciembre cierra con una batería de medidas impulsadas por el gobierno nacional, el famoso, polémicó, nulo de toda nulidad, DNU, de las cuales ninguna está referida a mejorar los salarios y por ende la capacidad adquisitiva de los trabajadores. Al contrario todas benefician a los grandes empresarios, propietarios, banqueros y todos los que siempre se llevan la porción más grande de la torta, e incluso atentan contra los intereses de las provincias afectando sus economías regionales.
También los gobiernos provinciales, temiendo los recortes, y aprovechando la coyuntura, se han olvidado, algunos, de recomponer los ingresos de sus trabajadores, antes por las elecciones y ahora por las medidas. En Misiones el último incremento salarial, fue en octubre. Pasaron cosas en la Argentina, y el sueldo quedó, pesos más pesos menos, un 60 por ciento abajo. Tampoco los gremios han reclamado con demasiado firmeza, salvo un grito en el desierto de ATE pidiendo un 60 por ciento de recomposición, o los docentes que se movilizaron hoy, porque además no cobraron el FONID, porque Nación no envía la plata, y la provincia no adelanta la partida como antes, porque no confía ni en Milei ni en Caputo. y para colmo el boleto del transporte urbano aumentó un 60 por ciento sin audiencia pública.
Como si eso fuera poco, también la «desregulación económica» anunciada por el místico Milei, abre el juego para que los grandes grupos económicos inviertan en la Argentina, comprando tierras a precios viles y participando como Elon Musk en los negocios de internet. Y si alguno cree que esto mejorará el servicio y bajará los costos para la gente, vive en Narnia. Aunque podríamos tener un hálito de esperanza en este sentido, como para que no cunda el pánico ni la desesperanza total.
Sin embargo, como decían algunos programas periodísticos en las últimas horas, habría que premiar a quien encuentre alguna disposición que apunte a beneficiar en lo inmediato a la gente que no llega a fin de mes, aunque trabaje, y ni hablar de los que están fuera del sistema. Por otra parte, algunos puntos del DNU, directamente llaman la atención, como permitir que los clubes se conviertan en sociedades anónimas, como si eso sirviera para paliar los costos de la canasta familiar. Parecieran estar en un mundo irreal, abriendo la economía en un país que no encuentra su rumbo y que ahora hasta comer dos veces al día parece un pecado, según algunos pseudo comunicadores.
Las decisiones pueden apuntar a cambiar el futuro, pero tienen que hacerlo con la gente adentro. Como sostengo desde hace muchos años, los liberales piensan en un país de 20 millones de habitantes, y con los otros que hacemos?
