En campaña, algunos hacían hincapié en el aspecto anti ambientalista de Javier Milei que decía descreer del cambio climático. En campaña, muchos señalaban la postura de «desconocimiento» de la dictadura de la vice en la fórmula. En gestión, la mayoría reconoce el carácter negacionista que refleja el corazón del gobierno nacional encabezado por Javier Milei y Victoria Villaruel.
El discurso de apertura de sesiones ordinarias en el Congreso brindado por el presidente fue un ejemplo que consolida este carácter negacionista que, desde la oposición incluso la dialoguista muchos le otorgaban.
A lo largo del mismo hizo – nuevamente – un repaso de la «herencia» pero en esta oportunidad, actualizada a la fecha. Fue el caso, por citar uno, del ejemplo que dio sobre la pobreza donde recalcó y reforzó que la recibió en un 60%. Este mecanismo de negar el innegable salto que experimentó este índice en los tres meses desde que asumió Milei, se dio durante toda su exposición.
Luego, y aún más grave, negó un hecho histórico que a todas luces ofende, lastima y divide a la sociedad argentina. Aludiendo al sistema de salud remarcó que si durante el gobierno de Alberto Fernández las cosas se hubieran hecho de modo correcto para gestionar la pandemia hubieran habido «30 mil muertos, de verdad» luego de esbozar una sonrisa burlona y dirigir la mirada hacia uno de sus palcos repletos de jóvenes libertarios. Los funcionarios de Milei ocupan sus cargos que luego de una extensa carrera de 2 años de publicar tweets y alcanzar así su primer trabajo y con él, su primer sueldo que ronda los 2 millones de pesos.
Con los aplaudidores de turno y un Daniel Scioli ya camuflado al estilo libertario, Milei prosiguió en su extensa alocución con el mismo mecanismo de negar lo obvio: habló de la baja en los valores de los alquileres, del «curro» de la creación de universidades cuando al mismo tiempo reforzaba que Argentina posee el mayor número de Premios Nobel de la región – que a su vez se formaron en instituciones públicas – y cantó junto a su séquito la casta tiene miedo, el hit libertario que entonaba también el presidente de la Cámara Baja Martín Menem sobrino del ex presidente y cuyos sobrino y tío también ingresaron al gobierno de Milei.
Un gobierno que habla y niega. ¿Cuánto tiempo podrá sostener Javier Milei este mecanismo de negar hasta que la realidad le golpee la puerta?
