En los últimos días – y también en los últimos meses- los ciudadanos misioneros han visto azorados la falta de coherencia y convicciones de varios dirigentes políticos, que han dejado sus partidos en busca de mejores horizontes -cargos y sueldos en la mayoría de los casos- tratando de cobijarse al calor del poder, ya sea a nivel provincial como nacional.
Queda claro que estos no es patrimonio de la tierra colorada, basta con recorrer las conductas que toman legisladores elegidos por determinados partidos, nacionales o provinciales, que reniegan una y otra vez de sus principios, y de las razones por las que fueron elegidos, para pensar con «supuestos intereses territoriales», que en algunos casos responden a necesidades o aprietes a sus gobernadores, o simplemente por razones «estrictamente personales», como Kueider senador o el famoso traider inmobiliario internacional.
Dirigentes partidarios, ediles, ex candidatos a diputados y la última a vicegobernador, como también han hechos saltos increibles, aquellos que abrevaron en cargos provinciales de la mano de la renovación para transformarse en presidentes de otro partido, por ejemplo de la Libertad Avanza.
Evidentemente cargo de conciencia no tienen, porque no sólo se alejan del partido que les abrió las puertas y les dió la posibilidad de llegar a un determinado lugar en el escenario político, sino que «se encuentra abiertos a conversar tanto con la renovación como del partido que gobierna en la Nación». Desde su origen no tienen problemas en oscilar como un péndulo, aunque las plataformas de unos y otros están en las antípodas.
Alguno cree, que llegó adonde llegó por simples virtudes personales, y no porque se presentaron bajo el escudo o el nombre de tal o cual partido. Para colmo de males, creen que arrastran votos por su carisma o por lo que hicieron durante su tránsito por cargos públicos. Si así fuera, y estuvieran seguros de ello, deberían presentarse con un partido nuevo, independiente, sin caras conocidas -demasiado algunas-.
Pero, lo peor de todo, es que los otros partidos, creen que aceptándolos le infligen un golpe al adversario político, que en virtud de la conducta expuesta por aquellos, deben expresar una mueca de satisfacción incontrolable.
Finalmente, uno se pregunta porque la gente común o los votantes descreen de tal o cual propuesta política. Hete aquí la respuesta. Porque son defraudados permanentemente por aquellos que en determinados momentos, prometieron defenderlos o representar sus reclamos.
Será hora entonces, que los ciudadanos, comiencen a indagar con mayor profundidad, acerca de quienes serán sus candidatos. Evaluar sus conductas y en virtud de ello, darle su apoyo, porque luego no habrá excusas. Recordar, que el Poder está en la Gente, u otro viejo axioma , «no todo lo que brilla es oro».