13 de octubre de 2025

Gaza: liberación de los últimos rehenes israelíes vivos tras estar más de 2 años en cautiverio

La espera terminó: los últimos rehenes israelíes vivos fueron liberados tras 738 días de cautiverio.

La Plaza de los Rehenes volvió a respirar. En el corazón de la ciudad, el lugar que durante más de dos años fue símbolo de espera y dolor, se llenó de gente desde temprano. Esta vez, estalló de alegría. Hamas liberó a los 20 rehenes israelíes que permanecían con vida en Gaza. Entre ellos, tres argentinos: David Cunio, Ariel Cunio y Eitan Horn.


El operativo, coordinado por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), se desplegó con precisión quirúrgica. Los liberados fueron trasladados desde puntos seguros dentro de la Franja hasta el complejo de recepción de Re’im, donde los esperaban sus familiares. Luego, helicópteros militares los llevaron a hospitales especialmente preparados: Ichilov, Sheba y Beilinson.


Cada rehén será atendido según su estado físico y emocional. El protocolo prioriza la intimidad, la reconstrucción familiar y el acompañamiento profesional. “Tienen que sentir que recuperan el control”, explicó Keren Schwartz, jefa de tratamiento social en Beilinson. El edificio, nuevo y reservado, fue diseñado para eso: devolver dignidad y seguridad.


La liberación marca el inicio de la primera fase del acuerdo alcanzado entre Israel y Hamas, impulsado por el presidente estadounidense Donald Trump. El pacto contempla la entrega de todos los secuestrados, la retirada progresiva de tropas israelíes y la excarcelación de 250 prisioneros con cadena perpetua, además de 1.700 gazatíes detenidos tras el ataque del 7 de octubre de 2023.


Quedan aún los cuerpos. Veintiséis rehenes murieron en cautiverio. Entre ellos, el argentino Lior Rudaeff. El procedimiento para su entrega será distinto: sin identificación en terreno, con inspección militar de ataúdes, ceremonia sobria y traslado al Instituto Forense Abu Kabir. Si pertenecen a las fuerzas armadas, serán derivados a la base de Shura para completar el protocolo militar.


La historia de los argentinos liberados conmueve. David Cunio fue secuestrado junto a su esposa Sharon y sus hijas mellizas, Yuli y Emma, de tres años. Las tres fueron liberadas en noviembre. Ariel Cunio, su hermano, fue capturado junto a su novia Arbel Yehud, liberada en febrero. Eitan Horn fue secuestrado cuando visitaba a su hermano en el kibutz Nir Oz. Su madre, Ruthy, recuerda el último mensaje: “Sí, estamos acá”. Después, silencio.


El rostro del horror fue el bebé Kfir Bibas, de un año. Secuestrado junto a su familia, no sobrevivió. Su imagen pelirroja y su sonrisa desdentada se convirtieron en símbolo global del cautiverio.


La liberación no borra el dolor, pero abre una puerta. La plaza ya no es solo memoria: es reencuentro. El operativo continúa, los cuerpos llegarán, los hospitales esperan. Y en medio del ruido diplomático, de helicópteros y protocolos, hay algo que vuelve a latir: la vida.