Tras los incrementos del 140% en su valor, el consumo del combusitble se redujo en un 20% en todo el país. Según indicó el gerente general de la Confederación de Entidades de Comercialización de Hidrocarburos y Afines (CECHA), Guillermo Lego, que esta caída se registra desde mediados de diciembre del año pasado.
A su vez, Lego sostuvo que el panorama de los aumentos podría seguir de dos maneras: la actualización de la carga impositiva sobre la nafta y el gasoil y la disparidad entre el barril criollo y el crudo internacional.
Sobre la inmovilización tributaria, el ex titular del Palacio de Haciendo comentó que «tratándose de impuestos al consumo, y dado que la demanda de los combustibles líquidos es altamente inelástica, las variaciones en los impuestos se trasladan en forma prácticamente directa a los precios finales de los combustibles». Hasta el momento, no se conoce si desde La Libertad Avanza reactivarán el tributario.
El ajuste impositivo tendría un aumento de entre el 8% y 10%, según fuentes del sector petrolero, lo que repercutirá en los valores y el consumo de los compradores. «El productor ahora le va a cobrar al refinador aproximadamente el valor internacional menos el costo del seguro, del flete, etcétera. Entendemos que todavía puede haber un reajuste allí«, remarcó Lego.
A pesar de que en algunas localidades bajaron los precios del combustible, desde CECHA aseguraron que se trata de un fenómeno puntual, por lo que a nivel general no pasará. Además, resaltaron que la actualización en los aumentos suele ser iniciativa de YPF, y las demás la imitan en mayor o menor medida, de acuerdo a la de costos de cada una.
Durante el 2023, el aumento de combustibles llegó al 260%, superando los niveles del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que dará a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) próximamente.