Los principales incrementos del mes pasado, que se verán reflejados en los datos de inflación, fueron: asado (+8,2%), picada especial (+6,1%), matambre (+5,5%) y vacío (+5,3%), contra el alrededor del 2,2% que arrojaría el indicador general de precios del mes.
Yendo al hueso de este comportamiento expansivo y cómo puede repercutir en la economía doméstica, hay que retrotraerse un año y verificar que los distintos cortes remarcaron 61,8%, 30,7 puntos porcentuales por sobre el 31,1% de toda la economía,
Y que el asado (+64,7%) y el vacío (73,7%) subieron por encima del promedio general de la carne vacuna (61,8%).
El bife angosto (+63,5%), el cuadril (+65,9%), el peceto (+66,5%) y el lomo (+66,6%) completan el ranking de cortes que sufrieron aumentos por encima del promedio.
Pero más allá de esta variación coyuntural, la comparación más contundente que explica el descenso del 7,3% en el consumo interno de carne bovina desde que asumió el actual Gobierno es que los salarios registrados del sector privado (INDEC) alcanzaron recién en agosto el nivel de noviembre de 2023.




