La evolución reciente del mercado cambiario volvió a instalar al dólar como eje de preocupación pública. En jornadas marcadas por la volatilidad financiera, la cotización minorista alcanzó niveles inéditos, con picos de hasta $1.377 en bancos internacionales y digitales. La dispersión entre precios de compra y venta, sumada a la diferencia entre canales electrónicos y ventanillas, alteró las estrategias tradicionales de cobertura y generó un nuevo mapa de decisiones para ahorristas, pymes y operadores institucionales.
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) difundió cotizaciones que evidencian una brecha de hasta $62 entre entidades, reflejando la heterogeneidad del sistema y la presión sobre los márgenes operativos. La demanda elevada, el impacto de factores exógenos y la ausencia de un techo visible en la cotización alimentaron la incertidumbre, mientras los bancos ajustaron sus paneles de precios con frecuencia inusual.
La dinámica se consolidó en la franja vespertina del lunes 25 de agosto, cuando bancos como Galicia, Nación, Santander, BBVA, Macro y Supervielle registraron valores superiores a los $1.370 para la venta. En paralelo, plataformas digitales como Brubank y entidades internacionales como ICBC marcaron el ritmo de la jornada, posicionándose en el extremo superior de la tabla.
La reacción del público, la consulta constante de precios y la segmentación de la oferta de divisas delinearon un escenario de alta sensibilidad, donde las referencias oficiales del BCRA se transformaron en insumo crítico para medios especializados y actores con exposición cambiaria. La interacción entre canales digitales y presenciales generó una nueva lógica de búsqueda de liquidez, con implicancias directas sobre la percepción de estabilidad y sobre la agenda económica inmediata.