MSCI(Morgan Stanley Capital International), la firma global de información financiera que elabora uno de los índices bursátiles más seguidos del mundo, mantuvo este martes a la Argentina en la categoría de mercado “standalone”, lo que significa que el país continúa excluido de los índices compuestos de “mercados frontera” y “emergentes”. La decisión, que era seguida de cerca por el mercado local, diluye las expectativas generadas por la reciente flexibilización del cepo al dólar en abril pasado.
Argentina permanece en esta categoría desde 2021, cuando fue degradada tras el endurecimiento del cepo cambiario y las trabas al acceso de inversores extranjeros. En su “Market Accessibility Review”, MSCI señaló que el país todavía no cumple con los criterios mínimos en términos de liquidez, acceso al mercado y marco regulatorio, condiciones necesarias para una eventual mejora de estatus.
Entre los puntos críticos, el informe subraya que “no existe un mercado cambiario offshore eficiente” y que, si bien en abril el Banco Central levantó algunas restricciones (como permitir la repatriación de dividendos obtenidos desde enero de 2025), persisten obstáculos que afectan la operativa de los inversores institucionales del exterior.
Además, la calificadora destacó que la disponibilidad de información corporativa en inglés aún es limitada, lo que atenta contra la igualdad de condiciones para el análisis de las compañías locales.
También cuestionó intervenciones estatales que, según el reporte, “pusieron en duda la estabilidad de una economía de mercado libre”, y advirtió sobre la falta de competencia entre brokers, los costos elevados de transacción y el bajo acceso a instrumentos bursátiles.
Qué significa ser “standalone” y qué implica para el mercado
MSCI divide a los países en tres grandes categorías: desarrollados, emergentes y frontera. Aquellos que no logran cumplir los requisitos básicos en cuanto a liquidez, acceso operativo y entorno normativo quedan clasificados como “standalone”, una suerte de limbo financiero. Así lo explican desde Guardian Capital: “Es una forma elegante de decir que sos tan particular que no hay con quién compararte”.
El impacto de esa clasificación es concreto: los fondos que replican índices como el MSCI Emerging Markets o el MSCI Frontier Markets no incluyen acciones de países standalone. En otras palabras, hay menos exposición internacional, menor ingreso de flujos institucionales y una percepción de riesgo más elevada. Esto no solo afecta al equity: también deja al país con menos visibilidad ante bancos globales y proveedores de servicios financieros que ajustan su cobertura en función de estos índices.
Por fuera de MSCI, Argentina sí figura como “emergente” en otros rankings, como el EMB de J.P. Morgan, centrado en deuda soberana. Sin embargo, para los inversores que siguen renta variable, la mirada de MSCI continúa siendo una referencia obligada.
La revisión anual vuelve a dejar en evidencia que, más allá del cambio de Gobierno y el giro promercado en la política económica, la confianza externa tarda en reconstruirse. Y que las reformas estructurales deben ir de la mano de mejoras operativas, regulatorias y de transparencia para que Argentina vuelva a estar en el radar de los grandes jugadores globales.
Fuente: Ambito