Sebastián Báez se repuso de la caída en el segundo set, y en el tercer y definitivo juego, se impuso con autoridad al mejor jugador lituano, Ricardas Berankis por 6 a 3, con un juego más preciso que su oponente, siendo preciso en las pelotas claves y con una mejora en su saque en los tramos finales. El jugador argentino con el apoyo del público que alentó permanentemente y lo empujó en los momentos críticos. 7-6, 5-7 y 6-3 fue la resolución del match.
En el primer set, tras igualar en 6, debió jugarse el tie break, y en esta instancia, Báez sufrió con su servicio, y quedó 6 a 1 abajo, a un solo punto de perder el set ya que su rival tenía cinco set points. Pero con la garra que lo caracteriza y el aliento de la gente, pudo darlo vuelta ganando el tie break 8 – 6, y llevarse el set 7-6. El tenista argentino no pudo mantener el nivel a lo largo del set, ya que ganaba 4 a 1, y permitió la levantada del rival.
En el segundo capítulo, hasta la igualdad en 4 los dos repartían imprecisiones tanto en el servició como a la hora de definir cada punto, por cuanto no eran precisos con las pelotas largas y al elegir cortar cerca de la red no tenían el equilibrio necesario. Báez quebró el servicio del lituano, pasó a ganar 5 a 4 con su servicio. La mesa esta servida para liquidarlo dijeron algunos, pero, el apuro de Báez para definirlo lo hizo incurrir en apresuramientos para cerrar cada punto, y su adversario aprovechó para llevarse el set 7 a 5.
Con el nerviosismo propio de asegurar el segundo punto para la Argentina por un lado, y con la necesidad de igualar la serie por el otro, en el último punto los dos jugaron un tanto atados, tratando de conservar el saque. Pero, Báez con el temple, y la garra que lo caracteriza y empujado por el aliento del público, quebró al saque de Berankis cuando estaban 3 a 3, y con serenidad y solvencia, más tiros certeros se llevó el set 6 -3, sumó el segundo punto para el equipo de nuestro país, que ahora aguarda con optimismo la jornada del domingo. Para Báez la satisfacción de volver a ganar en la copa después de un año y medio.
Lituania fue un rival más duro de lo que se pensaba en la previa, pero para Cerúndolo era su primer partido en la copa y en casa, y eso indudablemente pesa, como le pesó y le costó a Báez volver a la victoria en la Davis.