El clásico entre Tokio y Mitre, los únicos clubes de Misiones que participan de la Liga Federal podría definirse como un clásico con urgencias. Si bien han transcurrido tan sólo 20 días del inicio del torneo Federal de basquetbol, el clásico posadeño de este lunes 20 de febrero, aparece en la agenda con letreros luminosos que avisan la urgencia.
Esto es así en ambos casos, tanto para Tokio como para Mitre. Necesitan conseguir un resultado positivo que les permita – con urgencia – mantener o llegar a las posiciones de privilegio.
¿Cómo llega Tokio al clásico?
Para Tokio, perder en su segunda presentación como visitante ante El Tala de Corrientes, aunque podía estar en los cálculos de muchos, sorprende si la comparamos con la campaña realizada el año anterior cuando finalizara invicto la primera fase. Si bien una racha de ese tipo no garantizó ni garantizará un final feliz cumple con el cartelito de objetivo cumplido.
Lo cierto es que, a pesar de haber mantenido, en un alto porcentaje el plantel y con similar cuerpo técnico, el equipo japonés no ha demostrado la solidez del 2022, y pareciera estar en la búsqueda de un perfil de juego que defina su andar en este certamen.
¿Cómo llega Mitre al clásico?
En el caso de los auriazules, su caída como visitante ante Córdoba de Corrientes, no dejó de ser
un resultado cuasi esperado, teniendo en cuenta la falta de tiempo en la preparación y el
escaso rodaje del equipo. Pero en la victoria, ajustada ante El Tala, lograda en base a garra y al
aliente de su público comenzó a vislumbrarse la preocupación por el futuro en el torneo
habida cuenta de las caídas de tensión en el desarrollo del cotejo y las malas decisiones en
ataque junto a una llamativa imprecisión en los lanzamientos.
Cuando la mayoría de sus seguidores suponía que el envión anímico de un triunfo de esas
características serviría para acallar los errores y potenciar las virtudes, Hindú de Resistencia en
el propio reducto de Jujuy y La Rioja sacó a la superficie los errores potenciados, y a pesar de
los intentos más individuales y grupales, la derrota pareció guiñarle un ojo desde los primeros
minutos en que la naranja comenzó a surcar el aire.
Así el clásico, puede ser una bisagra para ambos, o actúa como vela desplegada al viento en
busca de mejores puertos o se convierte en una mochila pesada para el devenir de una
campaña, sin que ello implique que sea dramáticamente valorada como muchos leguleyos
periodísticos insisten, un juego de “vida o muerte”, porque se trata simplemente de un juego
deportivo. Es hora de entenderlo en el básquet y en las distintas disciplinas.