Según reza uno de los dichos populares más utilizados, cuando el río suena, agua trae. Y así sucedió con la decisión adoptada por los dirigentes del basquetbol del club Bartolomé Mitre, que decidieron cortar al base Duilio Contreras, precisamente después que fuera uno de los goleadores y figura del triunfo obtenido por el auriazul en condición de visitante ante Sarmiento de Formosa.
Ese triunfo, que se convirtió en un desahogo, tras nueve derrotas consecutivas, sirvió para tomar una determinación, que a la luz de los acontecimientos se venía analizando desde semanas atrás, incluso desde la derrota en casa ante el clásico rival, Deportivo Tokio.
Como los rumores venían tomando fuerza, se consultó a uno de los máximos responsables por ese tema, ya que también incluía al propio entrenador Franco Gutiérrez, pero la respuesta no llegó nunca.
Después de perder con Tokio, en un cotejo que fue de los mejores de Mitre aunque en el final su rival se quedó con la victoria, llegaría un comunicado oficial ratificando la confianza al plantel y a su entrenador jefe.
Pero lo que ocurrió a posteriori; el corte del base y su inmediato reemplazo por Ismael Sarruff, base o escolta de 30 años y 1,87 metros, que incluso estaría a disposición del entrenador para el compromiso del domingo ante Estudiantes de Formosa como local, ratifica que los rumores sobre cortes siempre estuvieron latentes, quizás esperando una reacción o una oportunidad más propicia y que Contreras era uno de los candidatos, tal como se especulaba en su momento.
Los dirigentes y el cuerpo técnico tienen la total potestad para tomar decisiones en beneficio del club, pero lo que no deben hacer, y eso se aprende con los años, especialmente en el caso de algunos dirigentes, es mostrar una postura contundente con un comunicado, que a los pocos días y dos partidos después, queda deshilachado. No aclaren que oscurece.