Es imposible no asociar al club Tigre de Santo Pipó con la familia Pigerl, donde la figura del querido Dr. Otto Pigerl, fue el abanderado de una institución que marco toda una época en el futbol misionero. El deterioro de la salud de don Otto y luego su fallecimiento, despertó en un grupo de simpatizantes y allegados, la necesidad de continuar con el legado y volver a posicionar a la institución.

El trabajo a realizar para poner a Tigre en el lugar que merece
El trabajo primero, fue poner los papeles al día, con la tarea cumplida, y con las propias manos de esos entusiastas dirigentes comenzaron las obras. Actualmente se trabaja en los nuevos vestuarios, para locales, visitantes y árbitros, una vieja deuda de la cancha de Tigre, Pronto estará saldada.
No terminan ahí las obras, con el mismo ímpetu, ya planifican un paquete sanitario para los aficionados que deseen concurrir a los partidos que allí se jueguen. Una buena noticia, la que brindan estos dirigentes, que si bien no hacen goles, se preocupan de que los que sí los harán y de los que irán a gritarlos para garantizarles un escenario, seguro, cómodo y adecuado.
La apuesta también se da en lo futbolístico ya que con el apoyo de auspiciantes y simpatizantes se conformó el plantel de Primera y Reserva. En el partido inaugural le ganaron a Yacutinga 3 a 1 y 1 a 0, respectivamente. Asimismo se encara un trabajo intenso en las divisiones inferiores.

Tigre, sigue rugiendo.




