Si bien la mayoría de los consultados, prefiere el anonimato, escudándose en “supuestas represalias” son muy pocos los que coinciden con la decisión del ente punitivo posadeño.
La mayoría coincide que no hicieron una buena lectura de los hechos, incluso aseguran que se guiaron por “algunos” videos y que solo uno de los integrantes del tribunal estuvo en la cancha, pero no habría visto el inicio de los incidentes.
Tampoco se pudo confirmar de la existencia del informe del árbitro, que como es costumbre debe retirarse cuando los jugadores ya están en el vestuario.
Hay dudas, quizás no tanto en el fallo, sino en los elementos que tuvieron en sus manos a la hora de tomar decisiones.
Acerca del fallo, generó también algunas comparaciones, que ante hechos parecidos, quizá no tan extremo, el veredicto, fue mucho más leve, con alguna suspensión y el pago de multas.
Cada uno esgrime su razón, pero y más allá de “quien tiro la primera piedra” el comportamiento de jugadores directores técnicos, destacados dirigentes y obviamente de ese grupo de “pseudo hinchas” fue lamentable y alguna pena debía caberle.
Sin tratar de justificar, porque los hechos producidos no dejan forma de hacerlo, la mejor forma de prevenir la violencia en las canchas, más allá de la concientización, es justamente la prevención y en este caso, en la cancha de Mitre esa tarde, el operativo de seguridad no cuidó el espectáculo, ni a jugadores ni al público que había ido a disfrutar el partido. No era muy difícil hacerlo.
Ahora, hay convenio para “canchas seguras”, más vale tarde que nunca!!!