Mitre lo buscó todo el partido, a pesar que jugó desde los 43 del primer tiempo con uno menos, por la infantil expulsión de Melgarejo, pero equivocó la manera de atacar con muchos pelotazos, y eso facilitó la tarea de los centrales visitantes, que se apoyaron en el arquero Beneg y en la ayuda del travesaño, que dos veces evitó la caida del arco de San Martín, para lograr el objetivo de llevarse un empate de Rocamora.
Para graficar el concepto, vale la pena remarcar que Bachke no detuvo ni un sólo remate de los de Wanda, que se abroquelaron atrás y el arco rival le quedó muy lejos. Mitre tuvo el balón, dominó el desarrollo del juego, pero le faltó sorpresa, rotación y cambio de ritmo para romper el cerrojo defensivo de su adversario.
Además hubo actuaciones individuales, que distaron mucho de su rendimiento habitual, y ello conspiró contra las posibilidades ofensivas. El traslado se hizo lento, repetitivo y eso facilitó la respuesta defensiva de San Martín.
En esa confusa búsqueda, cuando el auriazul, produjo las escasas asociaciones y triangulaciones, logró generar peligro. En el primer tiempo un centro de Melgarejo de izquierda a derecha pasado, fue devuelto por Morales, y el mismo Melgarejo, con un acrobático salto, la alcanzó a tocar, pero su disparo pegó en el travesaño cuando se jugaban 22 minutos.
Y a los 28 del segundo tiempo, un centro desde la izquierda que el ingresado Tomás González la bajó de pecho, posibilitó el derechazo de Cerdán que pegó en el travesaño y picó en la línea y salió sin que Benega pudiera reaccionar.
En el final el dueño de casa insistió, pero más allá de alguna llegada de González, tras centro de Bruno que sobró al arquero, no produjo situaciones de riesgo y debió conformarse con el empate. Para San Martín, fue negocio, aunque con un hombre de más pudo haber intentado atacar más, pero no supo salirse del libreto.
