Fueron muchos meses de posturas antagónicas, hechos insólitos, propios de la realidad de las mismas instituciones que la componen.
Como en toda renovación, la esperanza de construir o reconstruir, es una posibilidad cierta, siempre y cuando, quiénes con sus votos consagraron a Marcelo Dei Castelli, como nuevo presidente, sean o sigan siendo comprometidos y dispuestos a efectuar los cambios necesarios y hasta, porque no, seguir los aciertos de las comisiones anteriores.
Es evidente que la “casa del fútbol posadeño” necesita mucho más que un lavado de cara o pinceladas de pintura para cubrir la fachada.
Lógicamente que, requerirá, tiempo, trabajo y constancia, nada aparecerá frotando la ´lámpara”. Paciencia, es también una virtud necesaria en estos casos, pero ligada a una adecuada planificación, acorde a los tiempos y posibilidades.
Palabras de presidente
Apenas ungido, Dei Castelli, habló de las carencias de campos de juego, sobre todo para las inferiores. “Es imposible negarlo y es algo que debemos trabajar”, dijo
La preocupación del dirigente, no es otra, que la de la mayoría de los clubes que deben deambular por escenarios impropios para el desempeño de los más chicos.
Esta bueno que, una de las tantas preocupaciones, esté directamente vinculada al juego y en este caso en las categorías formativas, de donde está el capital de las instituciones y ese gran aporte que, en este caso, el fútbol, le hace a la sociedad. Formar jóvenes en el deporte y alejarlos de otras, no tan aconsejables.
Obviamente, que hay muchas otros objetivos, que a la brevedad se deben discutir y llevarlas adelante, pero varias de ellas son solamente decisiones, que debe tomar el nuevo cuerpo directivo.
Lo más importante es que “LA PELOTA”, siga moviéndose, que siga causando alegría de grandes y chicos, con una seria planificación de los torneos, con árbitros capacitados y que la dirigencia también entienda que en este camino, las piedras abundan, que no se dejen vencer, lograr el objetivo es lo que cuenta.




