La charla cafe, o mate como acostumbramos los misioneros, con Sergio «Oveja» Hernández, que se extendió más de dos horas, dejó plenamente conforme a un auditorio participativo, en los que se encontraban dirigentes, ex basquetbolistas, algun jugador actual, dirigentes, entrenadores, árbitros, comisionados técnicos, padres y madres e invitados especiales, además de un reducido número de la prensa.
Es que el entrenador bahiense, de extensa trayectoria, ya que es una de los que más dirigió en Liga Nacional, tuvo dos exitosos pasos por la selección, y fue técnico en España, Brasil, México y Puerto Rico, volcó en la charla su sapiencia y vivencias, sino esa pasión con que se lo veía conducir a un equipo, a lo que le adosó una empatía y calidez para mantener el diálogo y el interés permanente, en el ida y vuelta con la concurrencia, moderado por Gringo Coronel y Belén Hernández.
Antes del inició, y la presentación y agradecimiento del vicepresidente Carlos «Caco» Silvestrini, se estrechó en un abrazo con el inolvidable Ernesto Ghermann, la referencia insoslayable del basquetbol, no solo misionero sino argentino que no se olvida, y luego a Mario Raúl Magri, ex jugador suyo en Villa Mitre y a su hermano Julio que también defendiera los colores japoneses.
Hernández, junto a su equipo desarrolla este campus por el aniversario del Tokio hasta mañana, dirigido a infantiles y juveniles, buscan marcar aspectos esenciales para el desarrollo no sólo basquetbolístico sino como persona. Tratar de hacerle entender el juego, pero también que se gana o se pierde, y que al ganar no se es el mejor del mundo, y si se pierde, no es un fracasado. Porque en el deporte siempre debe haber un ganador, pero no es el fin del mundo». También en las formativas, les pido a los entrenadores que no molestes, y no interfieran en el crecimiento, sino que acompañen el desarrollo individual.
También recalcó » la negativa influencia de las redes sociales, que si bien sirven para mantener una comunicación fluida en estos tiempos, sino la sabemos manejar, pueden hacer mucho daño, sino basta con referenciarse en grandes deportistas argentinos que lo han sufrido demasiado».
«Porque eso genera muchas veces el deseo de ganar a toda costa, y eso no es bueno. Por eso todos los que estamos involucrados, entrenadores, dirigentes, árbitros, padres, debemos entender y acompañar un crecimiento paulatino, sin exigencias desmedidas, para que la violencia, que a veces aparece, como en toda actividad humana, sea erradicada, corrida, separada, por los que propendemos a un juego, y por suerte siempre somos más los buenos».
«Los argentinos somos muy exigentes en materia deportiva, tenemos un gen ganador, por eso se entiende tantos logros en el deporte, que siempre se ha movido en un contexto adverso, sin verdaderos apoyos. Tanto en el básquetbol como en el fútbol, tenis, hockey, automovilismo o boxeo por citar algunas disciplinas, hemos logrado trascender a límites impensados. No nos conformamos con mitad de tabla, queremos estar al tope. Pero a veces ese deseo nos juega en contra y hay que equilibrarlo».
El basquet ha evolucionado y sigue haci,éndolo. Hoy los jugadores son atletas de alto rendimiento, no sólo de alta competencia, que son cosas diferentes. la Liga Nacional es alta comoptencia, pero no tiene tantos protagonistas de alto rendimiento. Para los clubes, es difícil tener deportistas de alto rendimiento, porque requieren un entrenamiento y una preparación diferente y la mayoría no lo puede hacer. Sería lo ideal, pero es lo que tenemos».
«Mi inspiración, fue mi ciudad»
Quizas esta frase lo pinta de cuerpo y alma y se entiende el amor por el baloncesto. «Decir Bahia Blanca, es decir basquet, y mucho más antes que un «loco soñador» como León Najnudel le diera forma a esta Liga Nacional que nos convoca y aglutina desde 1985. vivía a tres cuadras de Villa Mitre, es decir que el cluba era como mi casa, y veía como llegaban a Bahía los grandes equipos o seleccionados europeos. Hablar del «Beto» Cabrera, el «negro De Lizaso, o «Lito» Fruet era hablar de «monstruos».
«Soy un agradecido, a todo lo que me dió este deporte, ni en mis mejores sueños pude imaginar que lograría todo lo que pasó. Sueños si quedaron, como todos, dirigir la NBA, o al Real Madrid, si, pero cuando arranque como asistente en mi ciudad, nunca hubiera pensado que el básquetbol me daría todas esas posibilidades».
Liga Nacional: «la competencia interna ha bajado en calidad»
«Aunque no le guste mucho a los que conducen, la Liga Nacional, desde su ampliación de 16 a 20 equipos, ha perdido calidad, y no sólo por eso, sino porque en un país con una cantidad reducida de jugadores con respecto a otros países, debe soportar el éxodo de jugadores permanentemente, no sólo a Europa, por cuestiones económicas. pasó la generación dorada, vino el recambio, que con mucho esfuerzo mantuvo la vara alta, y ahora estamos en una meseta, que nos cuesta salir y nos duele. No haber clasificado al último mundial no es un fracaso, es una consecuencia lógica de la realidad de nuestro basquet. Las Ligas que tienen fortaleza, como España, Francia o Alemania, por citar algunas, son las principales animadoras de los grandes torneos.
Reconocimientos
El encuentro fue propicio para que el club Tokio, recibiera la declaración de interés provincial a las actividades por el 75 aniversario, de manos del diputado provincial «Rudi» Bundziak, que también compartió sus inquietudes deportivas con el visitante. Además se entregaron plaquetas al dirigente Jorge Iriarte por su trabajo de tantos años, a Horacio Santa Cruz, ex jugador y actual entrenador japonés; a Ernesto Ghermann, ex jugador del club y símbolo de nuestro baloncesto y en el cierre a Sergio Hernández por su trayectoria y por haber compartido un momento tan importante en la vida institucional del Club Tokio.