A poco más de una década de su creación, la urbanización Itaembé Guazú, en la ciudad de Posadas, muestra un mapa mixturado de edificaciones con importantes espacios verdes. Esta incorporación vegetal fue diseñada por el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (IPRODHA), que, más allá de la construcción de viviendas y equipamientos urbanos, proyectó crear un «hábitat saludable» a través de una forestación masiva y estratégica a corto, mediano y largo plazo._
El amplio plan, impulsado por el Instituto en consonancia con la Municipalidad de Posadas, tiene como norte lograr un lugar digno y propicio para vivir, mediante una planificación estratégica de arborización, donde las especies son seleccionadas cuidadosamente en función de los servicios ecosistémicos que brindan, su aporte al paisajismo y su compatibilidad con la infraestructura del barrio. Con un enfoque integral y una notoria cifra de más de 22 mil árboles plantados, el barrio Itaembé Guazú hoy ya cuenta con calles floridas, sombras, pantallas vegetales, espacios recreativos, plazas y parque urbanos.

Un trabajo en equipo, multidisciplinario e interinstitucional
La iniciativa gestada en el IPRODHA, se ha convertido en un esfuerzo colaborativo que une a arquitectos, ambientalistas, cooperativas de trabajo y, especialmente, a los propios vecinos. «Esto es un trabajo multidisciplinario, aquí trabajamos entre varias áreas del Instituto, otras instituciones, cooperativas y los vecinos», explicó el arquitecto de Planificación y Urbanismo del Instituto, Jaime Schtainer Hendrie.
Por su parte, Claudia Reynoso, quien coordina las plantaciones, vinculación con los vecinos, y supervisa los terrenos, comentó que: “Ahora nos estamos manejando más que nada por pedido de las comisiones vecinales. Esta cercanía con los residentes permite adaptar el plan a las necesidades de la comunidad, convirtiéndolos en actores claves en la preservación de las áreas verdes”.
En cuanto a los árboles nativos, las especies son seleccionadas con el asesoramiento de la licenciada en Ciencias Ambientales del equipo del Instituto Manuela Barreiro. La incorporación de unidades arbóreas autóctonas contribuye a enriquecer la biodiversidad del entorno urbano y a promover la adaptación de la flora local al ecosistema de Itaembé Guazú.
Estrategia de plantación: bóvedas verdes y especies nativas
El diseño de la arborización no es casual. El plan maestro diferencia las especies según su función y ubicación. Para evitar daños a la infraestructura subterránea (agua, electricidad, gas por red) que pasa por las veredas frentistas, se eligen árboles de mediano porte y plantas ornamentales como el laurel de jardín, la pata de buey y las azaleas.
En cambio, en las cabeceras de las manzanas y en los bulevares, se plantan árboles de gran porte como lapachos rosados y amarillos, ceibos jacarandas y cañafistolas. La idea es que estos árboles cuando sean adultos, por su tamaño generen bóvedas sobre las calles. Este concepto de “cubiertas ecológicas” tiene un impacto directo en la calidad de vida, ya que reduce la temperatura del asfalto y las veredas, y proporciona una sombra vital en los meses de calor.
Además, el proyecto ha logrado integrar la flora local. Ante la preocupación inicial sobre la plantación de frutales cerca del aeropuerto, el equipo se asesoró con las autoridades aeronáuticas y determinó que era seguro. «Ahí fue que nos animamos otra vez a salir con los plantines de níspero, jabuticaba, cerella, palta, entre otros» mencionó el arquitecto.
Un futuro en desarrollo: huertas, parques y una vida saludable
Este esquema no se detiene, indicaron desde la gestión del IPRODHA. Por ello, aunque las limitaciones presupuestarias actuales representan un desafío, la planificación es adaptativa al contexto socioeconómico: ya se han diseñado huertas urbanas para el consumo familiar y la venta en ferias locales, así como parques con un enfoque lúdico y educativo. El objetivo es que la gente pueda vivir y sentir los espacios, que los chicos puedan ir a la plaza, que los padres estén tranquilos.
El común denominador de todos los involucrados en esta tarea de una Itaembé Guazú “saludable” es que el éxito del proyecto depende del compromiso colectivo: “No es solo tu hogar o tu terreno, es la totalidad. Si todos estamos comprometidos en eso, es much