En una medida tendiente a agilizar los tramites judiciales, y a priorizar la salud pública de la población en general, el Concejo Deliberante de Posadas, aprobó una modificación en las ordenanzas municipales que permitirá al municipio limpiar terrenos baldíos sin necesidad de obtener previamente una orden judicial.
Anteriormente, se requería la autorización del juez de Faltas para llevar a cabo estas acciones de limpieza., lo que demoraba sustancialmente el procedimiento, más en una etapa en la que la proliferación de insectos incide en la propagación de enfermedades vectoriales, que han traído consecuencias, incluso fatales para muchas personas, y que en distintas partes del país han alcanzado niveles preocupantes Ahora la municipalidad podrá ingresar a los terrenos sin cercar y realizar la limpieza correspondiente, siendo el propietario el responsable de cubrir los costos asociados.
En la capital provincial se han identificado numerosos terrenos baldíos que están en condiciones de abandono, lo cual constituye una infracción según la ordenanza municipal VI-N°17. Aunque no es ilegal que un terreno privado esté desocupado, es obligación de los propietarios mantenerlo limpio, libre de malezas, basura y con un cerco adecuado, de acuerdo con la legislación vigente.
Las modificaciones realizadas a las ordenanzas XII Nº 37 y VI N° 17 por el Concejo Deliberante permiten que los inspectores municipales labren un acta de infracción detallando la situación del terreno abandonado en presencia de malezas altas y ausencia de cerco.
Además, se enviará una notificación al propietario, quien tendrá un plazo de 72 horas para revertir la situación, es decir, limpiar y cercar la propiedad. En caso de que el propietario no cumpla con esta obligación en el plazo establecido, el municipio está autorizado a ingresar y llevar a cabo la limpieza correspondiente sin necesidad de una orden del juez de Faltas, como era requerido anteriormente.
La eliminación de este requisito permite agilizar las acciones para prevenir amenazas sanitarias, ya que los terrenos baldíos abandonados pueden convertirse en criaderos del mosquito Aedes aegypti, transmisor del dengue, zika y chikungunya. Además, durante períodos de sequía o altas temperaturas, estos terrenos representan un peligro de incendio.