El Club Jorge Gibson Brown hizo conocer publicamente su malestar por el avance de desechos cloacales y aguas servidas, en su campo de juego, que provienen de las casas ubicadas detras de los vestuarios que utilizan los equipos que participan en los partidos oficiales de la Liga Posadeña.
El reclamo de la institución verdirroja data de más de 14 años con presentaciones a la Municipalidad de Posadas, SAMSA e incluso la Defensoría del Pueblo se apersonó al lugar para constatar el problema, que más allá de los perjuicios e inconvenientes a la institución deportiva, afecta la salud de quienes allí se desenvuelven.
De acuerdo a lo manifestado por allegados a la entidad, las casas de los vecinos no están conectadas a la red cloacal, y ante la reiteración de lluvias y el paso de los años, los pozos negros desbordan y fluyen hacia la cancha de Brown provocando daños en el terreno de juego e insalubridad para quines se ubican o transitan por ese lugar. Además de imposibilitar el desarrollo de un partido de fútbol en esas condiciones.
Años atras el club realizó una importante inversión económica para conectarse a la red cloacal y cumplimentar todas las exigencias en esa materia, por lo que ahora reclaman que se cumplan las reglamentaciones vigentes y que no se vea afectada por el incumplimiento de los vecinos, y la falta de aplicación de los entes involucrados como el EPRAC.
Es de esperar que prime el sentido común, y los organismos a quienes le competen solucionar el problema lo hagan a la brevedad posible, habida cuenta de la cantidad de niños que desarrollan su actividad deportiva preferida en las intalaciones de la entidad de Cabred y Yerbal.
