El frente de tormenta que sacudió ayer la capital provincial a partir de las 13h, pero con llegada en momentos distintos en algunos barrios posadeños dejó numerosos destrozos. Los vientos rozaron los 90 kilómetros por hora y, por la intensidad de las ráfagas, hubo árboles añosos arrancados de raíz, sumados a los daños provocados en automóviles por los escombros caídos, cortes en el tendido eléctrico por el desprendimiento de numerosas ramas y voladura de chapas.
Desde ayer y en la mañana de hoy una de las tareas prioritarias fue la supervisión y reparación de los semáforos. La pronta respuesta en este sentido evitó mayores complicaciones en el tránsito, garantizando la seguridad vial.
Los principales caídas de árboles y ramas se dieron sobre la avenida Roque Sáenz Peña desde calle Tucumán, y también las avenidas Mitre y López Torres, junto con otros puntos céntricos. Entre los hogares afectados por daños y rotura de sus techos, agentes municipales debieron asistir a unas 20 familias distribuidas entre los barrios Néstor Kirchner, Alberto Fernández, Barrio Unido, San Juan Diego, El Porvenir I, Estepa, Los Patitos, Sol de Misiones, la Chacra 128 y, en menor medida, Nemesio Parma y Cruz del Sur.

En general la tormenta de agua y viento generó muchas dificultades en los espacios abiertos de mayores dimensiones como las avenidas, y el desprendimiento de ramas en algunas arterias que dificultaron el tránsito y por los cables cortados hubo zona que momentáneamente se quedaron sin energía eléctrica.
La última tormenta de características parecidas, aunque fue mucho más extendida y con mayor violencia se registró en febrero último que provocó la caída de cientos de árboles. Como resultado en esta oportunidad, se relevó la caída de pocos árboles y algunos cables y carteles. Además algunos autos resultaron dañados.
Teniendo en cuenta la magnitud del temporal, los equipos municipales estuvieron alertas atendiendo los llamados de emergencia y respondiendo con prontitud a los llamados. Las patrullas urbanas, redoblando sus recorridos habituales, brindaron alojamientos provisorios, suministrando, agua, ropa y productos de primera necesidad
