Después de dos semanas de negociaciones tensas y polarizadas, los países convinieron un acuerdo de financiamiento climático que está lejos de satisfacer las necesidades de los países en desarrollo. Además, esta COP no logró enviar un mensaje contundente sobre la urgencia de reducir rápidamente las emisiones y abandonar los combustibles fósiles. En el caso de Argentina, además, las oportunidades se vieron aún más reducidas tras el retiro de los representantes oficiales por parte del Poder Ejecutivo Nacional en pleno proceso de negociación. Fundación Vida Silvestre Argentina estuvo presente en la COP29, trabajando a la par de la red internacional WWF, a la que está asociada y representa en nuestro país.
Manuel Pulgar-Vidal, líder global de Clima y Energía de WWF y presidente de la COP20, declaró: «El mundo ha sido defraudado por este débil acuerdo de financiamiento climático. En este momento crucial para el planeta, este fracaso amenaza con retrasar los esfuerzos globales para enfrentar la crisis climática y dejar a las comunidades vulnerables expuestas a una creciente ola de desastres climáticos. Es un golpe serio a la acción climática, pero no debe frenar las soluciones que el mundo necesita desesperadamente”.
“La ciencia sigue siendo clara: debemos acelerar la acción en esta década para evitar que el cambio climático se salga de control. Todos los líderes nacionales y corporativos tienen la responsabilidad de superar los límites de este acuerdo y proporcionar los niveles de financiamiento necesarios para impulsar los cambios transformadores que requerimos. Este mal acuerdo no puede detenernos. Debemos invertir en nuestro futuro colectivo”, agregó.
Respecto a la salida de la delegación argentina de la COP, Manuel Jaramillo, Director General de Vida Silvestre, opinó: “retirarse de las negociaciones climáticas impactará negativamente en la imagen internacional de nuestro país, lo que a su vez podría repercutir en la actividad productora y las exportaciones. Esto adquiere especial relevancia en un contexto global donde los estándares son cada vez más estrictos, frecuentemente vinculados a metas climáticas o a garantías de productos de un origen libre de deforestación”.
La decisión también implicó que muchos observadores argentinos que contaban con acreditación de la Cancillería, perdieran su calidad de acreditados y tuvieran que sortear procesos burocráticos para poder seguir participando de la COP 29. “La decisión adoptada por el Poder Ejecutivo Nacional constituye una clara violación a la Ley de Presupuestos Mínimos de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático (Ley 27.520/19), votada hace muy pocos años por unanimidad por el Congreso de la Nación y fundamentalmente a los postulados de protección ambiental dispuestos por el Artículo 41 de la Constitución Nacional”, agregó Jaramillo.“Sin embargo, pese a estas decisiones, quedan muchos actores que siguen reafirmando su compromiso por la acción climática. Es el caso de la provincia de Jujuy, que participó en la COP29 y en el marco de ese evento adhirió como signataria de la Alianza para la Acción Climática Argentina, que impulsamos desde Vida Silvestre, apostando a la colaboración y sinergia entre diferentes actores e instituciones, clave para enfrentar los desafíos en este contexto de dificultad y urgencia. La adhesión de Jujuy, un gobierno subnacional, que se suma a la provincia de Santa Fe dentro de la alianza, es un hito importante y uno de los logros que nos llevamos de la COP29”, sintetizó.
La situación ocurre en la misma semana en la que los líderes del G20 reafirmaron la necesidad de aumentar drásticamente el financiamiento climático, pasando de miles de millones a billones. Sin embargo, el compromiso de US$300 mil millones anuales para 2035 no alcanza esta ambición, llega demasiado tarde y no se alinea con las necesidades urgentes de los países en desarrollo.
En el último momento, se añadió al texto una hoja de ruta para aumentar el financiamiento hacia $1,3 billones para los países en desarrollo, pero esto ofrece poca confianza en que se alcanzará ese nivel de financiamiento. La próxima presidencia brasileña de la COP30 de clima tendrá que gestionar este proceso con la participación de todas las partes para alcanzar un resultado significativo en la conferencia climática que se llevará a cabo en Belém en noviembre de 2025, asegurando que se movilicen recursos significativos.
Fernanda Carvalho, líder de Políticas Globales de Clima y Energía de WWF, afirmó: «En un año en el que los países deben decidir sus nuevos planes climáticos nacionales, es inaceptable que la COP29 no envíe un mensaje claro sobre la necesidad de reducir emisiones y eliminar los combustibles fósiles, respaldado por un financiamiento adecuado. Los países no deben permitir que este lamentable resultado desvíe la atención de la urgente necesidad de aumentar sus objetivos de reducción de emisiones, avanzar en la transición energética y adaptarse a las consecuencias del aumento de temperaturas. A menos que los países desarrollados vayan mucho más allá de esta meta financiera y hagan tangible la hoja de ruta de Bakú a Belém para los $1,3 billones, las comunidades vulnerables estarán cada vez más expuestas a impactos climáticos devastadores, y la ventana para limitar el calentamiento global a 1,5°C se cerrará.”
Vanessa Morales, experta sénior en Clima y Naturaleza de WWF, añadió: «A pesar de que el clima y la naturaleza están intrínsecamente conectados, las negociaciones enviaron señales débiles sobre la necesidad de acelerar la acción en ambos frentes de manera paralela. La naturaleza tuvo una presencia destacada en eventos paralelos e iniciativas relacionadas, pero al no estar incluida formalmente en las negociaciones, corremos el riesgo de que este elemento crucial de la acción climática quede relegado. El clima y la naturaleza deben avanzar de la mano si queremos garantizar un planeta vivo para las generaciones futuras.”