Una breve recorrida por la dirigencia de los clubes que conforman la Liga Posadeña, un buen número considera “demasiado dura” la sanción recibida por Bonpland.
Sin conocer los pormenores de la denuncia efectuada por la dirigencia del Club Acapulco, insisten en el mérito deportivo para ganar.
En este caso, el escritorio o bien el Tribunal de Penas, órgano independiente, cuyos integrantes fueron votados por los clubes, tomó una postura drástica que incluye el mismo desarrollo de los 90 minutos.
Los hechos denunciados se produjeron, según las versiones, en las tribunas y fuera del estadio, nada habría ocurrido dentro del campo de juego, según expresaría el informe del árbitro.
Es evidente que la “acción de oficio” del ente punitivo se basó en la denuncia penal y la nota presentada por Acapulco y el descargo de las dirigencia de Bonpland.
Y así actuó, con severas sanciones, que incluyen al fútbol, a esos noventa minutos que habrían transcurrido con la pelota como protagonista.
Allí están las objeciones de muchos dirigentes, que no aceptan que desde un escritorio se tire por tierra lo que hicieron 22 jugadores dentro de un campo de juego.
Como dijimos, el Tribunal es independiente de la Consejo Directivo, pero también es parte del fútbol y debería comprender lo que significa “competir dentro de un campo de juego”.
Adonde si nos sumamos es en la lucha por erradicar a los violentos de las canchas y brindarle un espacio seguro para quienes disfrutan de este deporte.
Quiénes hoy, desde la dirigencia de los clubes, discrepan o al menos consideran “durísima la sanción”, deberían poner mayor énfasis en el cuidado de los espectáculo, que en los últimos meses tuvieron “manchas de violencia”
Es importante destacar, son los equipos, los once que salen a la cancha, los verdaderos protagonistas del juego, los pocos que buscan un lugar en la tribuna para agredir, no deberían ser admitidos, no vienen a disfrutar, su misión es perjudicar a propios y extraños.
Por último, respetando el rol del Tribunal de Penas y discrepando con parte de su fallo, me quedo con que EL GOL MARQUE LA DIFERENCIA Y NO UN PROLIJO DICTAMEN.
