El fenómeno climático de El Niño ingresó en el segundo trimestre de 2023 y sobre el final del año pasado desplegó toda su intensidad con temporales de lluvias e inundaciones. Ese caudal de agua benefició a lotes que habían pasado por una sequía y que con la sobre disposición de ese elemento, hoy pudieron realizar siembras tempranas y ciclos largos. Desde el INTA destacan que «maíces y sojas podrán expresar su potencial genético o superar los techos productivos, incluso dadas las perspectivas de nuevas lluvias durante el periodo de floración y llenado de granos”.
Sin embargo, se espera que para el trimestre abril-mayo-junio de 2024 empiece a declinar la influencia del fenómeno. Hasta tanto los expertos reconocen que la presencia de temporales y lluvias, se irá dando de forma progresiva y espaciada.
Los expertos del INTA explicaron que para este principio de 2024 en la región pampeana y en el Litoral las lluvias tendrían un mayor espaciamiento y más variabilidad pero sí «con un incremento en intensidad y frecuencia en el oeste y el NOA especialmente durante enero”. A diferencia de lo sucedido en el último trimestre del 2023, la mayor evapotranspiración hará que «no sea tan probable que se produzcan o que continúen los anegamientos en ambientes bajos o planos».
La recomendación se sostiene: todos los ambientes de loma y media loma donde no existen riesgo de anegamiento hay que seguir promoviendo la infiltración y evitar el escurrimiento.
