Uno de los pilares del desarrollo de Misiones fue sin dudas el movimiento cooperativo que debió reemplazar en muchos casos la inversión privada que no llegaba a tierras lejanas de la Argentina, o bien, poner a sus socios productores al frente de su propio negocio.
Fueron muchas las cooperativas que hicieron punta, en Oberá, Eldorado, San Javier y el alto Uruguay y que por diferentes razones fueron, algunas de ellas, diluyéndose hasta incluso desaparecer. Desde hace un tiempo, un par de décadas, el espíritu cooperativista se reactivó y así Misiones vio nacer y crecer a muchas, ayer pequeñas, hoy gran emprendimientos en manos de los propios productores.
En la alguna vez “olvidada” costa del Uruguay, son varias las que son protagonistas en diferentes cultivos, aunque mayoritariamente el de la yerba mate.
Pero había una materia pendiente, la posibilidad que las cooperativas a su vez confluyan, se asocien y empiecen a ser “jugadores de primera línea” en el negocio del producto madre de Misiones. Así, nace este moderno molino en Andresito, acaso hoy el polo yerbatero en Misiones, donde se conforma la Asociación de Cooperativas de Comandante Andresito.
Emplazado en un predio de cinco hectáreas, el molino tendrá una capacidad anual superior a los 20 millones de kilos, cinco depósitos de estacionamiento con capacidad para 3 millones de kilos cada uno.
El laboratorio de análisis, está situado en medio de las instalaciones. La yerba pasará en tres instancias: como canchada desde los secaderos, cuando sale de las cámaras de estacionamiento y finalmente en el paquete.
La obra fue financiada por el Gobierno provincial, en sintonía con intención de los productores de manejar su negocio y en su crecimiento, seguramente, con su espíritu cooperativo, ser referencia a la hora de fijar un precio de la hoja verde y la canchada.
