La decisión del Estado nacional de brindarle un valor mayor al dólar exportable fue una medida festejada por muchos, allí estaba la posibilidad de recuperar el terreno perdido y hasta mantener esos clientes externos tan difíciles de capturar y tan fáciles de perder.
Pero claro, la medida se demoró mucho más de lo aconsejable y el país siguió caminando con una constante variación de los precios y lógicamente esos 300 pesos por dólar, comenzaron a devaluarse.
Ya las quejas por inscribirse en el régimen y el largo trámite con las más llamativas exigencias, e incluso con compromisos a futuro muy difíciles de cumplir, como que quedaron a un lado, el tema es que se necesita más de 300 pesos por cada dólar.
Un ejemplo de ello es el planteo de Guillermo Fachinello, presidente de (APICoFoM), “necesitamos un dólar regional para enfrentar la inflación que afecta a los productores locales, estamos pidiendo un dólar de 380”
En el contexto nacional, será seguramente difícil acceder al gabinete económico, aunque seguramente se hará, pero no son muchos los empresarios que están esperanzados en que serán escuchados.
Mientras tanto, la tarea de los industriales, es seguir los pasos que indica el proceso para poder exportar a $300, donde deben vencer muchos vericuetos para ser autorizados. En el sector yerbatero despierta preocupación, el hecho de que si la inflación sigue escalando, cumplir con los precios cuidados será díficil, allí la posibilidad de incrementar el precio del paquete en góndola podría realizarse recién en junio o julio y rondaría, según dicen el 3,5 por ciento.