03 de diciembre de 2024

Blanqueo: más provincias se suman al rechazo de Axel Kicillof

Hay otros tres mandatarios que anticiparon que seguirán el camino que inauguró el gobernador de la Provincia de Buenos Aires.

La provincia de Buenos Aires no adherirá al blanqueo propuesto por el gobierno nacional. Tras el rechazo del gobernador Axel Kicillof, otros distritos se suman a la negativa. Este medio se pudo comunicar con tres mandatarios que anticiparon que seguirán ese camino. La decisión permite a las provincias cobrar los impuestos potencialmente no pagados por los contribuyentes que regularizaron activos. En la primera etapa del régimen ingresaron unos u$s 20.631 millones a las cuentas especiales.

Una amnistía para evasores”. Así definieron desde el equipo económico bonaerense al blanqueo de Milei, que explica en gran parte el verano financiero que atraviesa Argentina. En ese sentido, explican que la no adhesión no cambia la orientación de la Agencia de Recaudación de Buenos Aires (ARBA): “Vamos a fiscalizar con progresividad y orientaremos los esfuerzos hacia los sectores de mayor capacidad contributiva”, dicen.

Como anticipó este medio, el gobernador no incluyó la adhesión al blanqueo en la ley impositiva que envió a la Legislatura y tampoco tiene previsto hacerlos en una iniciativa específica. Por lo que ARBA quedará habilitada a cobrar los impuestos provinciales potencialmente no tributados por los contribuyentes.

Esta información generó una respuesta casi inmediata de la Casa Rosada. “Kicillof estafó a los que entraron al blanqueo”, dijo el Subsecretario de Prensa de la Presidencia, Javier Lanari. En esa línea, Felipe Nuñez, director del BICE y uno de los hombres más cercanos a Luis Caputo definió a la medida como “una locura absoluta”.

Blanqueo: otras provincias que no adhieren

Si la negativa de Buenos Aires generó malestar en la Casa Rosada, el equipo de Milei deberá estar atento a los próximos pasos de los gobernadores que, de acuerdo al calendario legislativo, empiezan a definir sus posturas con respecto al régimen nacional.

Por ejemplo, Santa Fe cobrará una tasa del 2% para cifras superiores a los u$s100.000 que utilizará para otorgar beneficios tributarios a los contribuyentes cumplidores. En el caso de Neuquén se cobrará una alícuota progresiva de entre 0,75% y 1,25%. Salta dispuso su propio esquema con una tasa del 10% de lo que se haya tributado a Nación y Mendoza adhirió al blanqueo sin establecer ningún tributo especial .

Los gobernadores que no adhirieron hasta el momento son: Kicillof (Buenos Aires), Jorge Macri (CABA), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gustavo Melella (Tierra del Fuego), Ricardo Quintela (La Rioja), Claudio Vidal (Santa Cruz), Gildo Insfrán (Formosa), Raúl Jalil (Catamarca) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero).

Ámbito pudo comunicarse con los representantes de al menos tres provincias que confirmaron su decisión de no sumarse a la iniciativa nacional. Se trata de administraciones que también buscarán cobrar los impuestos potencialmente evadidos.

Los números del blanqueo

Según informó la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), en la primera etapa del régimen ingresaron unos u$s20.631 millones a las cuentas especiales. La ex AFIP también informó que ingresaron unos u$s2.690 millones en otros bienes. En el mismo proceso se declararon unos 14.810 inmuebles, 14.260 situados en Argentina y unos 550 en el exterior.

En cuanto a las cuentas fuera del país, se declararon unas 6.491. La mayor parte de ellas situadas en Estados Unidos, Uruguay, España y Suiza, entre otros. Para el Gobierno, el blanqueo fue una política fundamental para sostener el verano financiero.

Los dólares que ingresaron otorgaron mayor liquidez al Banco Central. Al mismo tiempo se activó un proceso de financiamiento en dólares para empresas, que luego deben liquidarlos contra pesos en el mercado oficial y los activos argentinos se valorizaron por los beneficios que otorgan esas inversiones para los que ingresaron al régimen.

La pregunta entre los analistas críticos es si la euforia actual es una foto, o una película sostenible en el tiempo.

Fuente: Ambito