No hizo falta hacer mucho ruido, la base del torneo provincial y sólo algunas incorporaciones de su ñiga y mucho trabajo. El empate en la primera fecha frente a Nacional en Piray fue la señal para que Central Iguazú, su plantel, su cuerpo técnico y dirigentes comenzaran a soñar.
El batacazo, lo dio en su casa, se llevó los tres puntos, nada menos que frente a uno de los candidatos al ascenso, Guaraní Antonio Franco. Fue uno a cero y el sueño se agigantó, por qué no pensar, ya no sólo en competir, sino en clasificar.

La derrota en casa frente a Nacional, dejó algunas dudas, pero la esperanza intacta, sobre todo cuando una semana mas tarde, Nacional se confió y solo rescató un empate ante los posadeños.
Ahora solo dependía del equipo de Iguazú, un triunfo dejaría con las manos vacías a los dos, a priori, candidatos, Nacional y Guaraní. Y así pasó, con mucho temperamento y jugando cada pelota como la última, logró el objetivo.

Central Iguazú, es uno de los mejores cuatro de las zonas de Misiones y se atreve a soñar con más. Jugadores, cuerpo técnico y los dirigentes, ahora tienen otro objetivo, tendrán 180 minutos para jugar y seguir soñando.