El ministerio de Salud de la Nación prohibió este lunes la venta en todo el país de los denominados «cigarrillos electrónicos«. Lo hizo por medio de la Resolución 565/2023 publicada hoy en el Boletín Oficial con la firma de la ministra de Salud, Carla Vizzotti.
Diferentes sectores de la producción tabacalera y la industria en la argentina manifestaron su desconcierto ante la medida del estado nacional, que según afirman que “la decisión del ministerio de Salud de hoy se opone a la tendencia global”
Massalin Particulares expresó sorpresa ante una medida que va a contramano del más esencial sentido común y de los avances de la ciencia, homologados por agencias de salud a nivel global, aislando a Argentina de los avances que hoy ya existen en el mundo.
Los productos de tabaco calentado y sus dispositivos para calentarlos representan una alternativa para los 1000 millones de personas adultas que fuman alrededor del mundo. Gracias a la inversión, innovación y desarrollo de tecnología, estos dispositivos permiten calentar el tabaco en lugar de quemarlo y de esta manera eliminar la combustión, que es el principal problema relacionado con el acto de fumar.
¿Qué pasa en el mundo con los cigarrillos electrónicos?
A lo largo y ancho del mundo, hoy las alternativas que calientan tabaco en lugar de quemarlo son una tendencia y se están regulando acordemente, no así prohibiendo. Por ejemplo, una de las entidades más reconocidas a nivel global, la FDA, autorizó en 2019 la comercialización en Estados Unidos de uno de los dispositivos que se comercializan en más de 70 mercados a nivel global IQOS de Philip Morris International.
Reforzando esta decisión, en 2020 la misma agencia permitió que se comercialice IQOS como un producto de riesgo modificado con las leyendas que indican “Conforme la evidencia disponibles hasta la fecha El sistema IQOS calienta el tabaco pero no lo quema” o “Esto reduce significativamente la producción de componentes químicos nocivos y potencialmente nocivos”, y “Los estudios científicos han demostrado que cambiar completamente de cigarrillos convencionales al sistema IQOS reduce la exposición de su cuerpo a químicos dañinos o potencialmente dañinos”.
Otro ejemplo es el caso de Reino Unido, en el que la Agencia de salud del país concluyó que “en comparación con los cigarrillos, los productos de tabaco calentado tienen el potencial de exponer a los usuarios a menores niveles de químicos nocivos y potencialmente nocivos”.
En Latinoamérica está el caso de Uruguay, donde hace algunos meses mediante el decreto No. 87021 reconoció el carácter diferencial de los productos de tabaco calentado y los enmarcó dentro de la normativa de tabaco vigente. La norma indica que “existen dispositivos electrónicos para la administración de nicotina que emplean una tecnología mediante la cual se calienta tabaco seco, respecto de los que existen datos científicos que indican que los mismos resultan en una menor exposición de los usuarios a las sustancias tóxicas asociadas al consumo tradicional de tabaco”.
La decisión del ministerio de Salud de hoy se opone a la tendencia global, significa un incomprensible retroceso, e implica la sustracción de una alternativa para los más de 7 millones de fumadores adultos que hay en el país.