En tan sólo un año, la deforestación a nivel global aumentó 4% impactando 6,6 millones de hectáreas lo que se contrapone con el compromiso asumido por 30 países en miras de terminar con la pérdida de bosques para 2030.
El caso de Argentina no fue excepción; perdió el mismo porcentaje que el promedio global y en nuestro país la cifra alcanzó un total de 212.000 hectáreas. Este fenómeno, con consecuencias ambientales y sociales significativas, se condice con la aplicación parcial de la Ley 26.331.
La Ley 26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, sancionada en 2007, que buscaba equilibrar la producción y la conservación de los ecosistemas forestales no pudo al menos hasta el momento ser lo severa que se requiere: el 76% de la deforestación en Argentina es ilegal, ocurriendo en zonas prohibidas por la ley.

El principal riesgo para los bosques nativos es el avance de la frontera agropecuaria. Entre 1998 y 2022, se deforestaron 6.4 millones de hectáreas de bosque nativo en Argentina, según monitoreos nacionales. La región Chaqueña es la más afectada, representando el 87% de la pérdida, y el 43% ocurrió durante la vigencia de la actual Ley de Bosques.