El esfuerzo de años evaporado en pocos minutos, ya que la tormenta que se abatió en la Zona Sur, con epicentro en Leandro Alem y chacras aledañas, dejó daños de magnitud. Techos, viviendas, árboles y producciones enteras.
Mario Zmiak tiene su chacra en la zona de Picada Belgrano sobre la ruta 14, tiene 62 años y toda una vida como productor agropecuario. Hace una década y media apostó por la producción de uva, y como ocurre casi siempre, con algunos años buenos y otros no tanto.
Este año, por las condiciones climáticas, la producción no venia del todo bien, pero, con lo que había, al menos podría recuperar la inversión que supone el cuidado de sus vides.

Para estos días pensaba empezar a cosechar las primeras uvas y poner a la venta, momento especial en la vida de quién eligió quedarse en la chacra y producir.
En pocos minutos, la ilusión se transformó en impotencia. La madre naturaleza volvió a darle un golpe muy duro, los fuertes vientos no sólo no dejaron uvas en planta, sino que el modesto galpón donde también solía dedicarse a la carpintería, quedó destruido. Las chapas se encontraron a mas de 300 metros de la vivienda. Debió recurrir a la motosierra para abrirse camino entre los árboles caídos.
Pero lo más triste fue encontrar sus parrales totalmente dañados, la fruta que debía transformarse en la compensación del trabajo, ya no estaba, todo, todo, se lo había llevado el viento.

El amigo Mario no oculta su tristeza, sabe bien que este es el riego permanente que asume quien, apuesta a la producción, el trabajo de años, se puede destruir en unos pocos minutos y así pasó en su chacra.
Ojalá, Mario y su familia puedan recuperarse pronto de esta verdadera desgracia y que la naturaleza le dé una nueva oportunidad. La de recuperar sus plantaciones y que el espíritu de productor agropecuario no se apague.
Quizás, el hombre, la mujer, el habitante de lano dimensione un hecho de esta naturaleza. Mario, y su familia, como muchos otros que apuestan día a día a la producción agropecuaria, asumen el riesgo, saben que puede pasar y siempre, en esa actitud única y hasta heroica, lo vuelven a intentar.