Este sábado se jugará la final de la Copa Libertadores 2023 en Río de Janeiro, entre Fluminense y Boca Juniors, que buscará levantar el trofeo por séptima vez. Por su parte, el equipo brasilero quiere gritar campeón a nivel internacional por primera vez en su historia.
El Estadio Maracaná recibirá el último partido de la Copa, un escenario que ya fue el encargado de ser sede de algunas finales importantes: la del Mundial 2014 entre Argentina y Alemania, la de la Libertadores 2008 entre Fluminense y Liga de Quito y, el recordado «Maracanazo» del Mundial de 1950, cuando Uruguay le arruinó la fiesta a los locales, y se consagró campeón del mundo en Brasil.
La de 2023 será la final número doce del conjunto argentino, que se quedó con la copa en 6 oportunidades (1977, 1978, 2000, 2001, 2003 y 2007), mientras que perdieron la definición en otras 5 (1963, 1979, 2004, 2012 y 2018).
Por su parte, el equipo carioca cuenta con una sola experiencia en la final de la Libertadores, perdiendo por penales en la vuelta de la Copa en el año 2008, contra Liga de Quito, dirigido por el argentino Edgardo Bauza.
Incidentes antes de la final
Este jueves 2 de noviembre se vivió una violenta jornada en las playas de Río de Janeiro, cuando simpatizantes de Fluminense fueron a buscar a los hinchas de Boca que estaban reunidos en Copacabana, que fueron agredidos por los brasileros, debiendo abandonar el lugar.
Luego, efectivos de la Policía Militar reprimieron con gases lacrimógenos y se llevó detenidos a varios de los «xeneizes» presentes, además de disparar balas de goma para despejar los disturbios. Luego de ser trasladados a la comisaría 12 de Copacabana, y de realizar las declaraciones pertinentes, los argentinos fueron liberados.
Si bien se llegó a especular que la final se podía suspender o que el partido se podría jugar a puertas cerradas, desde la Conmebol confirmaron que el partido se jugará en el Maracaná, con las dos hinchadas presentes.