Se disputó en el Stade de France de Saint Denis el partido inaugural de la 10ma copa del mundo de rugby. Con capacidad para más de 80.000 espectadores, y con el principal estadio de la cita mundialista como marco, se disputó el primer partido de la Copa del Mundo entre dos rivales históricos.
Los locales empezaron su camino al tan anhelado título con un triunfo histórico sobre Nueva Zelanda por 27 a 13 en el partido inaugural del mundial. Nueva Zelanda sorprendió a su contrincante al inicio del partido ya ganando desde el vestuario, con un quiebre en el centro de la cancha que derivó en unas fases de juego que, con gran dinámica y velocidad, terminaron en un try en la punta para el equipo All Black.
Comenzada la batalla, el seleccionado galo niveló la disputa, asimiló el golpe inicial y a fuerza de sostener un plan de juego físico y mental intenso durante los 80 minutos, se fue imponiendo lentamente y generando diferencia en el marcador a base del dominio en el campo, la defensa y la capitalización de las infracciones del equipo oceánico a través del pie de Thomas Ramos.
Nueva Zelanda se mostró siempre desequilibrante con capacidad de hacer daño, pero no fue suficiente.
Francia presionó y dominó el encuentro de menor a mayor; la defensa, el scrum, la precisión en la patada de Ramos sumada a la disciplina táctica del equipo europeo fue el combo fatal para el equipo neozelandés que se terminó llevando una verdadera paliza en el debut de la Copa del Mundo.
En el encuentro inaugural por momentos fueron protagonistas los nervios y las imprecisiones, pero siempre fue Francia la que hizo los ajustes necesarios para capitalizar los errores del rival. Después de un primer tiempo que terminó 9-8 a favor del local, en el segundo tiempo llegaron los try del equipo local que terminó literalmente quebrando la moral del equipo más grande de la historia arrasado por Francia en Paris consolidando el 27-13 final.
El mundial continúa el día de mañana con el esperado debut de Los Pumas a las 16h frente a Inglaterra.
