El comercio posadeño ya perdió cerca del 30% de sus trabajadores formales. Cierres y despidos se multiplican en un escenario marcado por la caída de ventas y el ajuste fiscal que atraviesa al país.
La recesión nacional, el consumo retraído, salarios insuficientes y la pérdida del flujo de compradores extranjeros configuran un cuadro que se agrava día a día.
Agustín Gómez, secretario adjunto del Centro de Empleados de Comercio de Posadas, confirmó que la tendencia no se revierte y que se esperan unas 300 bajas hacia el verano.
“Los despidos no se toman vacaciones. Las paritarias cierran muy por debajo de la inflación real y eso se siente directamente en las cajas de los comercios”, advirtió el dirigente.
Un empleado que recién inicia percibe unos $900.000, mientras la canasta básica supera el millón trescientos mil. El círculo vicioso del consumo retraído golpea de lleno a la actividad.
Frontera: ventas en picada
Posadas y las ciudades limítrofes sufren además la pérdida del comprador extranjero. El esquema que sostenía al comercio local se quebró tras la devaluación de diciembre de 2023 y el atraso cambiario.
“Hasta 2023 venían desde Encarnación o Foz. Hoy, si el tipo de cambio no es favorable, directamente no vienen”, explicó Gómez.
El impacto se siente en electrónica, indumentaria, calzado y electrodomésticos, pero también en supermercados, un rubro que antes resistía mejor las crisis. Pasillos vacíos y promociones sin efecto son parte del paisaje cotidiano.
Despidos y cierres
Las consultas por despidos, suspensiones y pagos irregulares se multiplicaron en las últimas semanas. “Hay un achique generalizado de personal. Ante cualquier problema, muchas empresas directamente despiden”, alertó Gómez.
La situación se repite en locales de distinto tamaño: casas de regalos, mueblerías, frigoríficos y cadenas comerciales. Incluso firmas con sede en otras provincias decidieron abandonar Posadas.
Se suman pagos en cuotas o fuera de término y reemplazos de empleados por trabajadores de cooperativas, sin derechos de convenio.
El golpe al empleo privado
El comercio es el principal empleador privado de Posadas y motor del consumo urbano. Su deterioro arrastra a PyMEs familiares, ferreterías, tiendas de barrio, locales gastronómicos y servicios asociados.
“La gente viene todos los días al gremio buscando asesoramiento o contención. Muchos trabajadores se quedan sin ingresos de un día para el otro”, relató Gómez.
El panorama no muestra señales de mejora y podría agravarse durante el verano, una etapa históricamente compleja para el empleo.
Recesión nacional
El escenario local se inscribe en un contexto de recesión que golpea a todos los rubros productivos.
La caída del salario real, el aumento de costos fijos, la presión impositiva y el freno del consumo conforman un cóctel que castiga con mayor fuerza a las economías regionales.
“Hoy no se ve un horizonte claro. Las ventas no repuntan, los costos suben y los salarios no alcanzan. Así es muy difícil sostener los puestos de trabajo”, resumió Gómez.
