El esquema de subsidios energéticos atraviesa una transformación profunda y sostenida. Según un informe técnico que analiza la Resolución 848/25 de la Secretaría de Energía sobre subsidios focalizados, en 2026 la cobertura promedio del Precio Estacional de la Energía Eléctrica (PEST) alcanzaría el 85,87%, mientras que la participación del Estado caería al 24,13%. Al cierre del próximo año, la variación acumulada respecto de 2023 será del 191%, uno de los cambios estructurales más significativos del sistema tarifario en décadas.
El documento elaborado por la Secretaría de Energía muestra con nitidez el pasaje desde un régimen de subsidios generalizados hacia uno focalizado, con mayor peso del usuario en el pago del costo real de la energía. En diciembre de 2023, los usuarios cubrían apenas el 29,42% del precio, con el Estado absorbiendo el 70,58%. Para septiembre de 2025, esa relación ya se había invertido: la cobertura privada trepó al 66,89% y el aporte estatal cayó al 33,11%, con una variación acumulada del 127% en solo dos años.
La eliminación de límites tarifarios, la definición de consumos base —350 kWh mensuales para usuarios N2 y 250 kWh para N3— y la equiparación progresiva de bonificaciones entre el PEST y el Precio en el Mercado Eléctrico Mayorista (PIST) explican buena parte del salto proyectado. El objetivo declarado es avanzar con gradualidad y equidad, evitando el retorno a esquemas de subsidios indiscriminados.
El impacto se vuelve más claro al desagregar por nivel de ingresos. En los usuarios N2, la cobertura pasó del 8,65% en 2023 al 29,97% en 2025 y se proyecta en 44,16% para 2026, un incremento acumulado del 410,52%. En los N3, la cobertura subió del 10,69% al 41,25% en 2025, con una proyección del 51,61% para 2026, lo que implica un aumento acumulado del 382,79%.
La mayor participación del usuario en el costo de la energía busca corregir distorsiones históricas, ordenar las cuentas públicas y reducir el peso de los subsidios en el gasto. También pretende enviar señales más claras al sistema energético en términos de precios relativos y consumo eficiente.
El documento técnico al que accedió Energy Report detalla además el marco regulatorio, la implementación operativa del esquema de focalización y las memorias de cálculo utilizadas para las proyecciones. Subraya que el cambio no es abrupto: responde a una hoja de ruta definida desde fines de 2023, con ajustes escalonados que permiten anticipar impactos y evitar saltos tarifarios desordenados.
Con estas proyecciones, 2026 aparece como un año clave para consolidar el nuevo régimen de subsidios energéticos. Si los escenarios previstos se cumplen, el sistema eléctrico argentino quedará más cerca de un esquema de precios reales, con subsidios concentrados en quienes realmente los necesitan y con una menor carga para el Estado. Por ahora, el paso indemne de la primera ola de calor no concretada en diciembre juega a favor del Gobierno.




